Zaira Nara dio expresas instrucciones para la llegada de su segundo hijo. Embarazada de 8 meses, no sólo se trasladó a la Patagonia para dar a luz rodeada de paz y naturaleza en una clínica de San Martín de los Andes, sino que busca tener un “parto humanizado y respetado”. En concreto, eligió que sea natural, que esté asistida por un equipo de tres mujeres: una obstetra, una neonatóloga y una partera. Además se negó a recibiroxitocina ni anestesia peridural.“Lo llaman humanizado porque esperan todo el proceso del bebé y del propio cuerpo, sin inducir nada”, había dicho la modelo a Caras.
¿Pero qué es precisamente el “parto humanizado? El doctor Jorge Ortega, médico obstetra del staff del Sanatorio Mater Dei y del Hospital Universitario Austral explicó que la palabra más adecuada para definir esta práctica sería la de parto“respetado”.
Se trata de “una modalidad de atención donde se tiene en cuenta las necesidades de la mujer embarazada, sin que el equipo de salud trate al cuerpo de la gestante como objeto, sino que se aborde el parto de manera integral, considerando las necesidades de la mujer, tomar en cuenta los sentimientos, su dignidad y autonomía”, explicó el médico a Caras Salud.
A su vez, “la palabra respetando refiere a respetar los tiempos biológicos y fisiológicos del trabajo de parto, como el determinismo que el bebé elige para nacer, es decir el día y la hora”, agregó Ortega.
¿A qué práctica se puede negar una futura madre a la hora de dar a luz para tener un parto respetado? Según explicó el obstetra, “a toda maniobra que no aporte bienestar a la madre o al bebé, siempre y cuando no haya riesgos en la salud de ambos”. A la vez, “toda maniobra debe ser consensuada entre paciente y el equipo que la está atendiendo”.
De hecho en Argentina existe la Ley 25.929 de Parto Respetado que refiere a la regulación de los derechos de los padres y el bebé durante el embarazo, el parto y el puerperio(postparto) y de las obligaciones por parte del equipo de salud e instituciones.Entre los puntos básicos de esta norma, están:
•La no discriminación
•El respeto a la intimidad
•Elegir a la persona que acompañará durante el trabajo de parto, el parto y el posparto.
• Que el bebé esté en su cuna al lado de la madre durante toda la internación (a menos que la persona gestante necesite cuidados especiales).
• Que la mujer y la familia reciban toda la información necesaria, en un lenguaje claro, sobre su propio estado y la evolución del parto y del bebé.
•Conocer los beneficios de amamantar y los cuidados que necesitan tanto el recién nacido como la madre.
•Conocer los efectos negativos del tabaco, el alcohol y las drogas.
•El derecho a ser considerada, respecto del proceso de nacimiento, como una persona sana, de modo que se facilite la participación de la gestante como protagonista de su parto.
Pero cuando por razones de salud materna o del bebé las mujeres no pueden elegir esta práctica al menos de forma completa “se les informa a los padres sobre dicha situación y se consensua la finalización del embarazo a través de la inducción al parto (goteo con oxitocina) o cesárea como una indicación médica que está escrita en los protocolos de atención de la embarazada”, remarcó Ortega.
Por último, el médico aclaró que no debe confundirse el parto humanizado con el domiciliario: “El parto hogareño, que no tiene nada que ver con el parto respetado, es una práctica que en nuestro país aún no está protocolizada por el Ministerio de Salud. Lo que los padres deben considerar si piensan en esta opción es que es riesgoso para el recién nacido, el cual tiene cinco veces más posibilidades de fallecer que en un parto institucionalizado”.