Su lazo de amor trasciende y se propaga por cada rincón de la casa. “Es algo totalmente diferente a lo que había conocido en mi vida, somos súper unidas. La cuarentena también ayudó muchísimo a alimentar eso”, aclara Luisa Drozdek sobre el vínculo de complicidad con Delfina (2), su primera hija con Hernán Nisenbaum. “Como estuve abocado cien por ciento a ella, porque la pandemia bajó muchos proyectos laborales, compartimos mucho más y lo único que agradezco es que me haya regalado el tiempo para no perderme ni un minuto de su crecimiento. Uno no se puede imaginar el vínculo que puede tener con un hijo hasta que nace”, agrega la actriz.
En plena etapa de crecimiento y transitando los “terribles dos años”, la pequeña ya impone su carácter. “El bebé que uno estaba acostumbrada a tener, de golpe cambia. Empieza a tener mucha decisión propia, en el caso de Delfi tiene mucha personalidad porque encima es de Leo. Ahora está en la etapa de los caprichos, que quiere empezar a formar su personalidad y siente que es una persona independiente, que ya no es un nexo de mamá y eso se nota. Todo el tiempo tenes que estar tratando de enderezar situaciones, pero es una etapa y después vendrá otra. Y una como mamá tiene que estar como una esponja, súper permeable a todos los cambios que van sucediendo. Y hablarle mucho. Delfi es muy observadora, sabe muy bien lo que quiere. Es muy ordenada, es divina, qué voy a decir… Es muy dulce, ahora está con esto de darle besitos a todo el mundo y saluda y me muero de amor porque llegas y te da el besito, te abraza, es muy tierna y es muy loco como de tan chiquitos tienen rasgos tan marcados”, asume Drozdek y reconoce: “Hay veces que me doy cuenta que tiene mis gestos. Formas de ser que ella va tratando de copiarse o captando lo que más le llama la atención de mí porque al ser bebé es una esponja. Aunque claramente físicamente no se parece a mí, es igual a mi marido, es un calco de su papá y son exactamente iguales”. Disfrazada de princesa, universo que le atrae tanto como la ropa y los maquillajes, regala poses a la cámara sin un gramo de timidez. “Es re coqueta, agarra mis zapatos, se los pone y camina mejor que yo. Se maquilla, le encanta revisar mi ropa. Cuando era bebé que tomaba la teta, me maquillaban mientras lo hacía, porque le daba libre demanda, y tengo bastantes fotos donde me están peinando y maquillando y ella tomando teta. Se ve que también de ahí le habrá quedado lo del make up, porque le encanta ver los pinceles y tocar los labiales y tengo que tener mucho cuidado porque si no me rompe todo”, subraya quien viene de un viaje familiar en Estados Unidos. “Pensábamos que por ahí no iba a disfrutar por ser tan chiquita y fue lo mejor que pudimos haber hecho porque le encantó, quedó fascina de los shows y el mundo Disney. El universo de las princesas le encanta y es súper femenina, ama disfrazarse”.
Aunque maternar es un aprendizaje diario, la intérprete se asume relajada. “En el sentido de que no me preocupo, sino que me ocupo cuando me tengo que ocupar”, aclara y concluye: “Justo ahora estoy filmando una serie, que es para una plataforma, entonces no estamos tanto tiempo juntas como al principio de la pandemia. Considero igual que es más importante la calidad que la cantidad de tiempo. También tengo la ayuda de mi mamá, que nos re da una mano, por suerte no estoy sola. Con Delfi tenemos nuestros planes solas como ir al shopping que le encanta o pasar mucho tiempo en casa de mis amigas con hijos. Creo que la maternidad es una lección continua y vas pasando por diferentes etapas. No se compara con nada”.