La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana (Jorge Otamendi )
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana Foto: Jorge Otamendi
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La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana

La modelo y el piloto argentino posaron por primera vez juntos. Su honey moon en Italia incluyó paseos marítimos y veladas mágicas

D ice que los sueños se trabajan y que todo decanta, más tarde o más temprano, en su tiempo perfecto. Parte de esa filosofía, que la motiva a seguir cumpliendo deseos −acompañada de su pareja Manuel Urcera− abraza Nicole Neumann.

“Lo loco es que hace cuatro años vengo viendo imágenes de este lugar, no sé por qué, pero tenía en la cabeza que quería ir. Veía imágenes y pensaba: “este lugar es un paraíso”. Tiene montaña, tiene mar, todo lo que me fascina”, describe la conductora y modelo de la “Agencia Chekka Buenos Aires”, que cierra el año con otro deseo cumplido: su primer shooting fotográfico en pareja, a orillas de la Costa Amalfitana.

Nicole Neumann y Manu Urcera desde la Costa Amalfitana

“Manu estaba en campeonato, yendo y viniendo por distintas ciudades y lo acompañé. Después aprovechamos y nos fuimos a recorrer. Justo mi hermana estaba también en Europa así que me pude encontrar con ella que no la veía hace varios meses y ver mis sobrinos”, explica quien esta vez viajó sin sus hijas “que no pueden faltar más al cole”, y se regaló atardeceres de postal, una visita fugaz a Roma y cenas de ensueño en Amalfi.

—¿Se debían este paréntesis juntos?

—Nos damos cada tanto nuestros viajes solos. La primera vez hicimos Milán. Después repetimos con mis hijas y las llevamos a conocer Europa. Ahí fue con las gordas, pero están buenísimos esos tiempos en familia. También tenemos nuestros momentos. Los fines de semana que mis hijas están con el papá, yo lo acompaño a las carreras. Que si bien él está trabajando, tenemos nuestro momento solos a la noche, de mirar películas, charlar.

—Uno no debe dejar de conocerse y más en los viajes, con la convivencia.

—Absolutamente. Además todo el tiempo estamos cambiando, evolucionando y conociéndote con el otro. No sé si realmente uno se termina de conocer del todo con alguien. Pero ya convivimos hace un año, también con mis hijas y Manu está muy adaptado a la dinámica familiar en casa, las mascotas

Manu Urcera y Nicole Neumann en un viaje soñado

—Ya hay un terreno ganado.

Totalmente. Nosotros sentimos como si estuviéramos hace muchísimos años juntos de tanto que nos entendemos. Que nos pasa hasta con una contestación por Whatsapp y ni hablar con una mirada.

—¿Desde que se conocieron fue así?

—Fue un proceso. Al principio no es que nos costó, pero cada uno estaba en la suya. Nos veíamos más esporádico y ninguno encaraba una relación muy seria. Estoy hablando de los primeros dos, tres meses. Después fue como un click de cabeza con todo y a partir de ahí sucedió esa magia. Es muy loco cómo la vida va llevándote a que todo se de en el momento y con la persona indicada. Manu llegó a nuestra vida con un montón de sueños cumplidos. Es el hombre que vino a protegernos, a malcriarnos y encima de yapa con estos sueños de poder ir a conocer este lugar que tengo tan en mente hace tanto. Todo muy perfecto en su tiempo.

La producción de fotos de Nicole Neumann con Manu Urcera en la Costa Amalfitana 

—¿Es un amor que llegó para sumar?

—Todo suma, tal cual. Y todo fluyó naturalmente. La familia de Manu al toque me quiso y me adoptó. Ni hablar a mis hijas y mis hijas también a ellos. Para ellas son familia, aunque están en nuestras vidas hace poquito menos de dos años. Tienen un chat de familia con ellos y mueren por pasar tiempo en Neuquén o las fiestas o vacaciones con la hermana o sobrinos de Manu. Cuando las cosas se tienen que dar, todas las piezas encajan perfectamente y caen donde tienen que caer. Nada se fuerza y eso es increíble.

—¿Es una escala de amor que no conocía?

—La verdad que sí porque es increíble sentirte familia, sentir que te conoces desde hace mucho más tiempo del que te conoces y que todos nos sintamos naturalmente familia estando juntos. Y entre el amor que uno siente por esa persona, ver que el amor por mis hijas sea casi como si fueran propias... es otro nivel.

Nicole Neumann

—Dice que uno nunca termina de conocer al otro o incluso a uno mismo. ¿Siente que la hace mejor persona estar con él?

—Totalmente. Creo que cuando la relación de amor es sana y natural, justamente lo que te lo marca es eso. Sentir que estás potenciada, que el otro te mejora.

—¿Compartir gustos en común es parte de ese vínculo? Ambos llevan un estilo de vida muy particular.

—En líneas generales, sí. A él le encanta ir a mi casa del campo, viajar, la familia, la vida y alimentación sana, el deporte. Estamos muy en sintonía. Yo disfruto también de su trabajo porque es lo que disfruta él y es apasionante, algo distinto para vivir y para ver. Mis dos hijas mayores se hicieron fanáticas del automovilismo. Pero después está la individualidad de cada uno, darle los tiempos y espacios al otro.

—¿Se dio sus espacios en este viaje?

-Sí, de hecho los primeros días él hace entrenamientos en simuladores, en pistas y lo acompaño un rato, pero aprovecho para irme a recorrer ciudades que disfruto un montón. De irme a caminar sola, tomar un café y almorzar. Soy medio ermitaña y me gustan esos momentos, de a ratos volver a mí. Ese silencio conmigo misma donde recargo.

Nicole Neumann y Manu Urcera, por primera vez juntos para CARAS

—¿Ahí se detiene su cabeza?

—Sí, pero es algo que me propongo. Fue un trabajo mental que fui logrando de a poco. La pandemia me ayudó mucho a conectar conmigo cuando mis hijas se iban con el padre. Meditar… Y me hizo tan bien que lo sigo sosteniendo. Ahora me estoy subiendo un avión y estoy con mil cosas, pero una vez que me subo, chau. Llego, disfruto, descanso y cuando vuelvo...

—Vuelve a ponerse el chip.

—Vuelvo a la locura de la vida diaria. Pero son momentos que hay que encontrar.

—Eligieron un destino muy mágico, casi de Luna de Miel, por sus escenarios de cuentos. ¿Se regalaron algún momento de película?

—¡Es que todo era un cuento y una película! Era comer en un restaurante al lado del mar, la luna. La noche que dormimos en el barco, con el movimiento del mar. Era una película constante.

—¿En Roma también?

—Sí, yo no conocía. ¡Dos sueños cumplidos! Pero ahí estuvimos de paso. Y Manu, que es un malcriador nato, me decía: si queres nos quedamos acá. Pero tenía tantas ganas de llegar al mar que dije: me conformo con unas horas y los puntos más interesantes que me quiero llevar.

—¿Es tan consentidor?

—Es absolutamente malcriador. Tanto conmigo como con mis niñas. Yo visualizaba un hombre así. Pero pensaba: ¿Existirá? Y creo que llega, más allá de lo que uno desea, lo que uno emana también. Uno atrae lo que vibra.

Manu Urcera. 

—¿Sellaron algún pacto o compromiso de amor en Italia?

—No, eso lo tenemos porque lo sentimos. Porque se da y porque proyectamos constantemente nuestro hogar, nuestra vida y nuestra familia juntos. Entonces no tiene que pasar ninguna otra cosa específica. Se habla obviamente de ganas de todo. Está todo latente.

—El amor trasciende cualquier formalidad…

—Sí, totalmente. Ya vivir juntos y que él se haya fusionado tanto con mis hijas, con la casa... Si bien dos años es un montón, también es poco para tanto me parece. Todo sucede en su tiempo perfecto.

—Más de una vez se insinuó un posible embarazo suyo. ¿Le repercute que se hable con tanta liviandad de ciertos temas?

—Me están embarazando desde fines del año pasado creo. Pero son cosas que pasan, sobre todo en este medio. Estás soltera y te quieren poner de novia con 20. Cuando te pusiste de novia, te quieren casar y que tengas el hijo. Es como una necesidad del afuera. Yo ya estoy acostumbrada a que hablen, también hice un trabajo interno enorme. A veces me agarra en un momento emocional más bajo y también me hace mal, no soy Highlander. Pero en línea general trabajé mucho en no escuchar el afuera. Obviamente son cosas que se hablan y son planes que están, pero todo sucederá en su momento y cuando nosotros así lo decidamos.

Manu Urcera y Nicole Neumann. 

—Ustedes ya son una familia.

—¡Re! Somos una re familia.

—Ahora se está por tomar otro avión. Da la sensación de que siempre está yendo o viniendo de algún lado.

—Yo también tengo esa sensación (se ríe). Ya tengo ganas que termine el año y quedarme un poco quieta. Me encanta viajar, pero también tengo que lidiar todo el tiempo con mi miedo al avión que no es fácil. También con mis ganas de estar en casa, con mis mascotas. Me está costando.

—¿Laboralmente cómo termina el año?

—Fascinada con “Los 8 Escalones” porque es un programa sano, cultural, donde puedo trasmitir mensajes que a mí me gustan de vida sana, medio ambiente y veganismo. También terminando de darle forma a un proyecto personal que le vengo dando vueltas hace rato y quería hacer con tiempo.

—¿Quiere adelantar algo?

—Tiene que ver con la vida sana y el wellness. Fusionado con lo mío, el cuidado del medio ambiente, el cuidado personal, la belleza y la estética, pero siempre desde un lugar consciente.

 

Fotos: Jorge Otamendi

Agradecimientos: Agencia Chekka Buenos Aires. Adotcouture, Agraz, Boutique celebre, Odisea swimwea

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