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En un mundo donde la inmediatez y el estrés marcan el ritmo de los días, muchas personas olvidan lo más esencial: cuidar de sí mismas.
El amor propio, más que una frase de moda, es la base para vivir una vida saludable y equilibrada. Es una práctica que implica cuidado hacia uno mismo, respeto y aceptación. No se trata de narcisismo o egoísmo, sino de reconocer nuestro valor intrínseco y tratarnos con la misma compasión y respeto con la que tratamos a los demás.
Es conocerse y aceptarse, luces y sombras, fortalezas y debilidades. No se trata de creerse mejor que nadie, ni perfectos/as. Se trata de reconocernos humanos, vulnerables y cambiantes sin dejar de valorarnos. El amor propio es la aceptación incondicional de nuestro SER independientemente de las circunstancias externas o de las evaluaciones que se hagan sobre nuestras habilidades o logros.
El amor propio y la autoestima están interrelacionados, aunque son conceptos que se pueden diferenciar:
Como mencioné anteriormente, el amor propio se refiere a una aceptación y respeto incondicional hacia uno mismo, sin depender de logros o de la validación externa. En cambio, la autoestima es el resultado de múltiples factores y experiencias (internas y externas, en relación con los otros y el mundo) que nos afectan desde la niñez (experiencias de la infancia, factores sociales, entorno cultural, creencias, etc.), es una valoración que hacemos de nosotros mismos en función de nuestras habilidades, éxitos, fracasos y de cómo nos percibimos en relación a los demás. Mientras que la autoestima puede fluctuar según nuestras circunstancias, el amor propio es constante ya que implica una autoaceptación profunda que no varía con los éxitos o fracasos. Se podría decir que la autoestima es condicional y el amor propio es incondicional. La clave es entender que, para tener una autoestima sólida, el amor propio es el primer paso.
Ahora aparecen algunas preguntas: ¿puedo mejorar mi autoestima?, ¿cómo cultivo el amor propio?
No es “magia” , no tenemos un interruptor que nos permite manipular con facilidad nuestra autoestima y nuestro amor propio. Se necesita en primer lugar, compromiso y reconocimiento. Reconocimiento para tomar consciencia de nuestra necesidad y compromiso para trabajar en nosotros mismos. Son procesos que requieren tiempo y dedicación.
Mejorar la autoestima involucra transformar la manera en que te ves y te valoras. Podés empezar por:
Cambiar la forma en que te hablas: siendo más amable y tolerante con vos mismo/a.
Establecer límites saludables: aprendiendo a decir “no” cuando algo no es bueno para vos o cuando simplemente no querés algo. El resultado de decir “no" es: valorar tu tiempo, energía y bienestar.
Evitar compararte con otros: cada persona tiene un camino único, con su propia historia, sus propias fortalezas y dificultades. En lugar de mirar a otros, compararte y dañarte, enfócate en tu propio progreso.
Por otro lado, pero muy de la mano, cultivar el amor significa desarrollar y nutrir una relación positiva y saludable con uno mismo. Es un compromiso que se manifiesta a través de acciones y reflexiones que construyen una base sólida de autoestima, respeto y autocompasión. Podés empezar por:
Conocerte: ¿quién sos realmente?, incluyendo tus valores, deseos, necesidades y límites. Esto requiere que seas honesto/a y sincero/a con vos mismo/a.
Validarte: en lugar de buscar validación externa, darte a vos misma la aprobación y valoración que necesitas.
No ser tan duro con vos mismo/a : Autocompasión. Tratarte con más amor cuando las cosas no salen como querés. Permitirte el “error” y habilitar el aprendizaje.
Aunque tiene muchos beneficios, practicar el amor propio no siempre es fácil. Algunas personas lo ven como un acto de egoísmo, y otras se enfrentan a problemas de baja autoestima o a creencias negativas profundamente arraigadas. En estos casos, la autocompasión y el apoyo de un profesional, como un consultor psicológico, pueden ser de gran ayuda para superar estas barreras y aprender a valorarse genuinamente.
Practicar el amor propio no es un lujo, es una necesidad. Aprender a valorarnos y a cuidarnos puede transformar nuestra vida, mejorar nuestras relaciones y darnos la fortaleza necesaria para enfrentar los desafíos que se presenten. Al final del día, el amor propio no es solo una elección, sino un compromiso con nuestro bienestar.
Lic. Clr. Denise V Tognolotti
Consultora Psicológica - Counselor
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