Para la psicóloga, el autoconocimiento es un proceso continuo y esencial tanto para los terapeutas como para los pacientes. Ella lo define a través de tres preguntas fundamentales: ¿quién soy?, ¿cómo soy? y ¿a dónde voy? Estas preguntas son clave para vivir de manera saludable y son una premisa básica en su práctica. Varela enfatiza que “nadie puede dar lo que no tiene”, subrayando la importancia de que los terapeutas trabajen constantemente en su propio autoconocimiento, similar a cómo un músico debe afinar su instrumento.
El autoconocimiento es esencial para la sanación emocional. Durante la pandemia de 2020, Carmina comenzó a ofrecer psicoeducación en redes sociales, incluyendo talleres como “Sanarme para Amar”, enfocados en el Niño Interior y las heridas emocionales infantiles. Ella ha aprendido que no podemos amar lo que no conocemos ni sanar sin amor. Es crucial desarrollar una actitud compasiva hacia nosotros mismos y nuestros ancestros.
En cuanto al abordaje del trauma, la licenciada destaca dos estrategias principales. Primero, el trabajo personal del terapeuta es crucial para elaborar sus propias heridas y desarrollar una actitud de autocuidado. Esto permite reconocer límites y acompañar a los pacientes con coherencia. Segundo, la formación específica en trauma es indispensable. La especialista en terapia gestáltica explica que las secuelas del trauma pueden manifestarse de diversas maneras y que es fundamental que los profesionales estén capacitados para reconocer estas señales y gestionar las emociones que surgen al trabajar con situaciones dolorosas.
Vivimos en una sociedad individualista y desconectada, con dificultades para generar vínculos profundos. Tememos no ser queridos al mostrar nuestra verdadera esencia y a menudo no sabemos cómo expresarlo. Hemos perdido la capacidad de disfrutar, sintiéndonos atrapados por nuestras decisiones y siempre insatisfechos. El autoconocimiento ofrece una oportunidad de cambio, y el proceso terapéutico promete acompañarnos en este camino hacia adentro y hacia nuestra verdad más profunda: somos a la vez imperfectos y maravillosos
La ética y la confidencialidad son pilares en la práctica de Carmina. Desde la primera sesión, establece claramente las reglas del juego y trabaja junto a sus pacientes para definir un plan de trabajo basado en sus objetivos y necesidades. La confidencialidad es esencial para generar seguridad psicológica, especialmente en ciudades pequeñas donde los encuentros casuales pueden ser comunes.
Finalmente, Varela considera que la honestidad y la autopercepción son habilidades esenciales para un terapeuta que trabaja con heridas emocionales. Reconocer y trabajar las propias heridas permite acompañar a los pacientes de manera más efectiva y humana. Su formación integral le permite utilizar no solo palabras, sino también técnicas de respiración y de regulación emocional y corporal y para apoyar a sus pacientes en su proceso de sanación .
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