"Ser faro y no abismo" es una guía conceptual que María Eugenia utiliza para ilustrar cómo los padres pueden ofrecer un entorno seguro y amoroso, especialmente en momentos desafiantes. Ella explica que, para poder ser esa luz constante, es fundamental que los padres enfrenten y sanen sus propias dificultades personales. "En mi práctica profesional, acompaño a padres a mirar y transitar sus propias experiencias dolorosas y difíciles," comenta. "Al hacerlo, pueden ver que es posible vivir de manera más liviana, dejando atrás el pasado y estando plenamente disponibles para sus hijos."
La Lic. María Eugenia resalta la importancia de fomentar un apego seguro y trabajar en sanar las propias heridas para que las acciones y palabras de los padres tengan un impacto positivo y duradero en la vida de sus hijos. "Estar disponibles para nuestros hijos es esencial para que se sientan valorados y no tengan 'deudas' hacia nosotros," explica. "No deben sentirse obligados a adaptarse para hacernos felices o para ganar nuestro amor."
En contraste, comportarse como un abismo, según María Eugenia, implica demandar y reclamar de los hijos lo que no se recibió de los propios padres. Esto obliga a los hijos a asumir roles que no les corresponden, generando confusión y dolor. "Ser abismo representa oscuridad, desesperación y falta de dirección," señala. "Cuando los niños se enfrentan a estas situaciones, experimentan soledad, confusión, tristeza y conflicto."
María Eugenia subraya la necesidad de identificar y procesar las situaciones traumáticas que pueden llevar a patrones de comportamiento dañinos en las relaciones. Este proceso de sanación no solo beneficia a los padres en su vida personal, sino también en su rol como guías para sus hijos. "Al elegir ser faros, creamos un entorno donde nuestros hijos pueden crecer con confianza, resiliencia y estabilidad emocional," afirma.
La experta destaca que, para lograr este compromiso, es esencial que los padres suelten la expectativa de que alguien les dé lo que les faltó en la infancia y dejen de reclamar lo que sucedió. "Tomar a los padres que tuvimos y lo que pudieron darnos, nos posiciona como adultos responsables, capaces de hacerlo diferente con nuestros hijos e incluso con nosotros mismos."
El mensaje central de María Eugenia es claro: las acciones y palabras de los padres tienen un impacto profundo en la vida de sus hijos. Por eso, es fundamental esforzarse por ser esa luz constante que guía y protege con amor, evitando crear abismos de confusión. "Recordemos siempre que nuestras acciones y palabras tienen un impacto profundo en la vida de nuestros hijos," concluye María Eugenia. "Esforcémonos por ser esa luz constante que los guía y protege con amor."
Para más información sobre cómo la Lic. María Eugenia Fernández Gandolo puede acompañarte en este proceso de ser un faro en la vida de tus hijos, no dudes en contactarla. Juntos, pueden trabajar para iluminar tu vida, la de tus hijos y la de quienes te rodean.
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