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Saber administrar las finanzas en la pareja es todo un desafío y uno de los principales motivos por el cual las parejas se separan.
En la actualidad y en nuestro país, con el cambio de gobierno, la inflación, la recesión y demás detalles socioeconómicos, es fundamental poder adquirir herramientas eficaces para que este tema no sea un motivo de conflicto dentro del vínculo. Si bien no existe un manual universal para todas las parejas, considero necesario tener presente algunos principios básicos, para que cada una de ellas pueda armar “un plan económico”, ajustado a su singularidad.
Antes que nada, la administración de las finanzas debe ser un tema del que se hable libremente, con total confianza y seguridad, en un clima de respeto y apertura; dialogar con naturalidad sobre sus ingresos, conocer sus gastos (fijos y variables) y sus aspiraciones (de ahorrar y/o invertir).
El primer paso para armar este plan económico sería llevar un registro diario del dinero que ingresa y de los gastos. Esto les facilitará poder definir si pueden ahorrar y/o invertir, y/o proyectar unas vacaciones o la compra de un vehículo. Además, podrán tomar conciencia de si tienen gastos innecesarios, como los “gastos de hormiga”.
En este plan económico, además de registrar los gastos, sería útil definir si desean ahorrar, diferenciando los objetivos a corto plazo (ejemplo: asistir a un evento deportivo) de los de largo plazo (ejemplo: comprar una casa). Otra estrategia útil, en cuanto ahorro, sería tener el hábito de que ni bien ingresa el dinero, tomar al menos un 10% y guardarlo. Luego, pagar las deudas y destinarlo para el uso diario. De esta manera, podrán ahorrar forzosamente antes de gastar el dinero, sobre todo cuando no se tiene tal hábito, dado que siempre las necesidades y las excusas para gastar son infinitas.
Por otro lado, será necesario definir cuánto aportará cada uno a este “plan económico”. En esto se debería tener en cuenta el rol y la función que cada uno tiene en la pareja y en la familia. Por ejemplo, si ella trabaja medio día, porque debe cuidar de los niños, no tendrá los mismos ingresos que él; en este caso se podría dividir en un 40/60. Si los dos tienen el mismo ingreso y trabajan de manera paralela, sería 50/50.
Mas allá de contemplar este “plan económico” en conjunto, sugiero que ambos tengan cierta independencia, sobre todo en las cuentas bancarias y tarjetas de crédito, porque les permite tener un espacio, dentro de este proyecto, que es individual, lo que conlleva sentirse libre de elegir sus propias acciones respetando las del otro, con total empatía.
Si la pareja tiene graves problemas financieros, es importante mantener el control de este plan económico, evitando el consumismo y el derroche. Si fuera necesario, hacer una consulta con un profesional. Si el ingreso es inferior a los gastos, consensuar y priorizarlos sería una buena estrategia. Por ejemplo, buscar actividades de entretenimiento que sean gratuitas, buscar las promos y ofertas en los supermercados, etc.
Este plan económico debe pensarse en función de la necesidad de cada pareja, de sus deseos y aspiraciones. Se irá amoldando según transcienda el vínculo y sus necesidades, teniendo presente las características socioeconómicas del contexto donde se encuentren inmersos. Será necesario tener el control financiero, antes que éste controle la relación y termine abrumando el amor entre ambas personas.
Lic. Silvana Etchepare
M.P.:1707
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