Empecé a viajar con mis padres siendo una niña, y desde allí siempre me gustó y quise conocer cada vez más. Soñaba con viajar por el mundo, hacer intercambios e inclusive vivir en otros países.
Con los años esos deseos fueron cambiando, pensé que quizás ya no resonaban conmigo o que no eran míos, pero unos meses atrás, en la monotonía de la vida diaria, volvieron a surgir estos pensamientos.
Y así fue que, en medio de esos debates internos, la vida me presentó la oportunidad de viajar, de volver a un lugar que amo y que me resulta familiar, como lo es Brasil y Búzios, con mi familia.
No sólo no podía dejar pasar esta oportunidad sino que redoblé la apuesta. Me pregunté, ¿y si me quedo?, ¿qué podría pasar?. Al hacerme esas preguntas algo en mí se volvió a encender, esa versión aventurera y con sed de cambios me dijo “hacelo” y la escuché.
Hoy, estando acá hace un par de semanas, habiendo atravesado tiempos en soledad, conociendo lugares y personas, estoy segura de que fue una gran decisión y que no dejo de sorprenderme, si hasta ¡me volví a enamorar!.
Sí, me estoy enamorando de mí. De esta Camila viajera y aventurera, de la que no pide permiso para ser ella misma, de la que se enfrenta a sus miedos, de la que se desafía cada día un poco más, de la que hace locuras, de la que vive como si no hubiera un mañana, de la que no duda de su intuición, de la que sabe lo valiente y valiosa que es, de la que reconoce sus virtudes, de la que se permite no hacer nada porque sabe que en esos momentos de presencia llega el amor, la abundancia y la paz que deseaba.
Mentiría si dijera que tengo todas la respuestas o que mi vida ya está resuelta, pero lo que sí puedo asegurar es que no soy la misma que antes, que hay otra versión de mí que está saliendo a la luz, y que poco a poco empiezo a ver con más claridad quién soy y qué quiero para mi vida.
Este viaje me está enseñando a amarme y a abrazar cada una de mis partes, incluso esas que no quería ver, a confiar en mí y en el camino que se va abriendo aunque aún no sepa bien adónde me está llevando.
Una vez más lo confirmo, en mi interior tengo una brújula que siempre me guía: mi sentir. Si quiero saber si estoy en el lugar correcto sólo tengo que preguntarme ¿estoy enamorada de la versión que soy y de la vida que estoy viviendo aquí?.
No importa el lugar sino lo que te hace sentir, donde tú corazón late fuerte, donde el alma vuelve a sonreír escúchalos, que por ahí es.
Para trabajar esa conexión con tu brújula interior te espero en mis sesiones y espacios.
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