¿Puede el amor ir más allá de lo que vemos, tocamos o sentimos? ¿Es posible que conecte a dos almas separadas por la distancia, el tiempo o incluso la muerte? Desde una mirada energética, Violeta Curci —Terapeuta Holística y Maestra de Reiki— nos invita a comprender al amor no como un sentimiento, sino como una fuerza. En esta editorial, Violeta nos comparte su visión sobre cómo el amor habita lo invisible, transforma lo tangible y trasciende los límites del espacio y del tiempo, mostrándonos que, cuando vivimos con conciencia, la conexión verdadera nunca desaparece
¿Por qué el amor trasciende el tiempo y el espacio? – Por Violeta Curci
El amor como fuerza trasciende todo aquello que no podamos ver, tocar, oler, oír o sentir. Creer en la posibilidad de que el amor puede llegar a un otro sin importar dónde esté, qué haga o con quién esté, es un principio de habitar el infinito como una realidad.
El amor, como fuerza, tiene una capacidad inmensa: con solo pensarlo, supera cualquier análisis racional o teórico. No requiere de una conciencia “superior” ni de una inteligencia elevada, sino todo lo contrario. Se trata de una consciencia pura, humilde, que nos permite trascender las ideas y suposiciones, y mirar más allá del horizonte.
Esa mirada expande el pensamiento y nos muestra que lo material y lo tangible son solo medios para hacer, estar o ser.
El amor trasciende el tiempo porque nos permite movernos energéticamente hacia el pasado y el futuro. Comprendemos así que el tiempo no es lineal, sino cíclico. En este presente, soy la suma de mi pasado, mi futuro, de las vidas que viví y de las que viviré.
Somos un cuerpo, sí, pero una totalidad compuesta por muchos cuerpos: el físico, el emocional, el energético y el espiritual.
¿Qué podemos decir de estos cuerpos?
El cuerpo físico es el que nos hace humanos, una máquina perfecta diseñada para vivir y sobrevivir en la Tierra.
El cuerpo emocional es todo lo que siente el corazón y lo que lo moviliza, marcando aspectos y cualidades de nuestro ser. Nos impulsa a vibrar ante los estímulos de la vida, y nos guía desde las emociones.
El cuerpo energético es todo, porque todo está compuesto de energía. Su intensidad, su circulación, su acumulación o agotamiento determinan nuestra salud vital. La limpieza, protección y movimiento de esa energía son clave para una vida saludable. Por eso es esencial nutrir el cuerpo, la mente y el corazón.
El cuerpo espiritual es sublime y único, la condición más profunda de la vida (y de la no vida). El espíritu nos eleva a la dimensión más luminosa de la vida y nos sumerge en la oscuridad de la muerte, integrando cuerpo, mente y emoción en una conciencia que lo trasciende todo.
Desde allí comienza el viaje hacia nuestro sentido de vida: una autopercepción, un reconocimiento interior, una búsqueda profunda para descubrir por qué estamos aquí.
¿Mi propuesta?
Sencilla, amable, pero poderosa: comenzar a observarnos sin juicio, volver a nosotros y vivir solo en búsqueda de lo que nos hace feliz.
En esta práctica diaria descubrimos que el amor trasciende el tiempo y el espacio. Porque en cada sonrisa que nace en nuestra piel, estamos haciendo feliz a alguien del pasado y a alguien que aún no conocimos.
En cada lágrima, reparamos un dolor de quien ya no está. Y en cada angustia vivida, liberamos el alma de un ancestro que no pudo sanar. Somos puente, cuerpo y alma, en un tiempo infinito.
¿Y si conectamos desde la conciencia?
Conectar con el otro desde la conciencia es más poderoso que el contacto físico. Aun así, abrazar sintiendo la piel, el corazón y la respiración es una de las emociones más hermosas del universo. Pero también podemos conectar sin estar, estando; sin tocar, tocando; sin hablar, hablando.
El Reiki como terapia de sanación me enseñó que no hay nada más poderoso que el amor, y que la práctica más sabia es amar desde la humildad, la pureza y el respeto.
Te invito a que no pongas en duda tu llegada al mundo, y a que busques todas las respuestas a tus deseos.
Porque como te pregunté en mi primera nota en Revista Caras —una hermosa entrevista que me hizo Federico Lami—:
¿Sabías que a la vida viniste a ser feliz? Recordalo todos los días de tu viday no te distraigas.
Con amor, mucho amor,
Violeta Curci
Terapeuta Holística – Maestra de Reiki
Reflexión final: el amor no es solo una emoción: es una tecnología del alma. Una vibración que no pide permiso al tiempo ni al espacio, que pulsa en lo invisible y se manifiesta en cada suspiro del universo. En un mundo que corre detrás de certezas, el verdadero poder está en volver al origen: sentir, vibrar, amar.
Violeta Curci no habla desde la teoría, sino desde la práctica diaria de mirar el alma del otro, de sanar con las manos y con el corazón, de tocar sin tocar. Nos recuerda que estamos hechos de memorias ancestrales, de energía pura y de infinitas posibilidades.
Y que si decidimos vivir desde ese amor —el que cura, el que honra, el que trasciende— nuestra vida ya no será un tránsito: será un legado de luz.
Para más información sobre Reiki y las prácticas que ofrece Violeta Curci, podés seguirla en sus redes sociales:
Instagram y Facebook: @violeta.terapeutaholistica | @kokoroespacioholistico

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