La Semana del Alfajor se celebra con vino y chocolate

La verdad es que la pregunta sobre cómo nacieron los alfajores en VP -y por qué se volvieron nuestra marca registrada- es una de las que más recibimos. Fiel a mi estilo, pecaré de honestidad: en VP Dulces los alfajores nacieron de manera muy natural.

Empecé con los clásicos, claro. Pero con el tiempo me animé a salir de lo conocido y a crear nuevas combinaciones que contaran algo más. Hoy tenemos un montón de variedades: el tradicional de chocolate, que ganó el primer puesto en el Mundialito del Alfajor el año pasado (un certamen organizado por La gurú de la merienda); el de frutos rojos con mermelada casera hecha por mi mamá (para ustedes, Mari); el de nuez —mi preferido—; el choconuez; el de maicena; el de sal marina; el de Baileys; el Doble Tentación (que pesa casi 200 gramos y combina chocolate blanco y negro), y nuestro último lanzamiento: Malbec.

Como no puedo detallar sin quedarme sin caracteres sobre qué los hace distintos a cada uno, me animo a decir que cada alfajor tiene su personalidad. Y como tal, personas con gustos afines.

Por ejemplo, el clásico sigue siendo el favorito, pero el de sal marina tiene muchos fans. ¿La razón? Ese contraste que no falla: dulce de leche y chocolate semiamargo, con un toque inesperado de sal marina... y como si fuera poco, corazón cremoso de chocolate blanco que lo transforma todo.

El punto en común es evidente y es bien resaltado por nuestros clientes que, siempre que pueden, los elogian diciendo que son “alfajorzotes”: Tienen razón porque pesan entre 110 y 150 gramos (y algunos más). Son para compartir, aunque muchos se los comen solos... y yo no los culpo.

La inspiración para crear nuevos sabores me puede llegar de cualquier lado: una charla con amigos, una copa de vino, un recuerdo, una tendencia. Me gusta pensar en sabores que cuenten una historia o despierten una emoción. Que te lleven a algún lugar, aunque sea por un rato.

Aprovechando la Semana del Alfajor, lanzamos uno muy especial: el alfajor con vino Malbec, el más argentino de todos. Fue una colaboración con Punto Bebidas, una tienda local con la que compartimos valores como la calidad, la innovación y el amor por lo artesanal. La idea nació en una charla casual con Fabricio —que además fue el primero en animarse a vender nuestros alfajores cuando todavía trabajaba en la cocina de mi casa— y enseguida nos entusiasmamos.

El proceso fue de mucha prueba y error. Queríamos que el vino se sintiera, pero sin tapar los demás sabores. Buscamos equilibrio, que sorprendiera, pero que también diera placer desde el primer bocado. Cuando lo lanzamos, la respuesta fue una locura. Apenas lo publicamos, empezaron a llegar clientes al café exclusivamente para comprarlo. Fue emocionante.

Para mí, lo artesanal y la calidad no son negociables. Trabajo con materias primas nobles, recetas caseras —muchas heredadas de mi abuela— y proveedores locales. Me gusta que cada producto tenga esa calidez que te abriga el alma. Cuando un cliente me dice: “Este alfajor me hizo acordar al que me preparaba mi abuela”, siento que estamos en el camino correcto.

Y sí, se vienen más cosas. Nuevas combinaciones, colaboraciones con artistas, marcas amigas… No puedo contar mucho todavía, pero lo que viene promete sorprender. Porque así como empezó todo esto: con un alfajor simple y muchas ganas, hoy continúa, mientras nos divertimos soñando y creando, siempre con los pies en la cocina y el corazón puesto en cada receta.

Datos de contacto: Dirección: San Juan esquina 25 de Mayo, Corrientes Capital. Instagram: @vpdulces Teléfono: (+54 9) 3794-687364.

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