viernes 23 de mayo del 2025
CARAS TV Ayer 23:00

Del dolor a la redención: Alejandro Awada habló de su pasado con las adicciones

El reconocido actor Alejandro Awada habló con Héctor Maugeri en +Caras y reveló los momentos más oscuros de su vida marcados por las adicciones y cómo el arte lo salvó.

Alejandro Awada en +Caras
Alejandro Awada en +Caras | CARAS

En una entrevista conmovedora y reveladora, Alejandro Awada se sentó frente a Héctor Maugeri en una nueva edición de +Caras, el ciclo de entrevistas de Caras TV, para hablar como nunca antes de su historia personal. A los 63 años, el reconocido actor argentino abrió su corazón y compartió su lucha contra las adicciones, su recorrido por lugares oscuros y cómo la actuación fue el refugio que lo salvó de una vida sin rumbo.

La batalla de Alejandro Awada contra las adicciones y la búsqueda de sentido

“Sé de lugares oscuros”, aseguró con la tranquilidad de quien ha atravesado una tormenta y ha logrado salir sano y salvo. La confesión no es menor viniendo de alguien que ha interpretado con maestría personajes densos y complejos, como el siniestro Arquímedes Puccio en Historia de un clan, y que ha brillado tanto en megaproducciones como en escenarios más íntimos. Pero detrás del prestigio y el talento, se esconde un pasado marcado por la búsqueda desesperada de identidad y sentido.

De origen sirio-libanés, Alejandro nació en el seno de una familia poderosa y tradicional. Su padre, Abraham Awada, fue un empresario textil de renombre, y su hermana Juliana, quien mantiene un lazo cercano con él, está casada con el expresidente Mauricio Macri. Sin embargo, el mandato familiar no fue suficiente para acallar su sensibilidad ni su rebeldía. “Yo a los 18 años ingresé a la empresa familiar y no me hallaba”, aseguró. Y explicó que “no encontraba mi espacio, me ocupé de romper cada uno de mis espacios de vida”.

Alejandro Awada
Alejandro Awada en +Caras: “Sé de lugares oscuros por eso el teatro me salva la vida”.

En esa etapa de su juventud, marcada por la confusión y la falta de rumbo, el consumo de drogas se convirtió en una forma de autodestrucción. “Las adicciones eran romperme, lastimarme, no cuidarme”, relató con crudeza. Fue entonces cuando encontró en el teatro un espacio de contención y expresión. “Cuando tenía 20 años y no sabía qué hacer ni dónde ir. Tuve la dicha de entrar a una escuela de teatro, a un taller literario. En vez de sentirme juzgado, me sentía contenido. Y dije: ‘Yo quiero aprender este oficio’. Me salvó la necesidad profunda de aprender y conocer”, relató.

Alejandro Awada revela si alguna vez quiso quitarse la vida

Awada no oculta que la actuación fue un vedadero salvavidas. La pasión por el arte lo rescató del abismo y, junto a un buen terapeuta, logró reconstruirse. “Yo tuve un buen psicólogo que me dijo que si quería ser actor tenía que esmerarme mucho, y lo hice”, recordó. Incluso reconoció que tuvo pensamientos oscuros: “Tuve algún jueguito con la señora… un coqueteo con la muerte. Y nos saludamos después de lejos”.

Alejandro Awada
Alejandro Awada: “Tuve algún jueguito con la señora… un coqueteo con la muerte”.

En la conversación, Alejandro también habló de su capacidad de perdón, un gesto que considera fundamental en su proceso de sanación. “Me pude perdonar a mí mismo, ahí empecé a perdonar con el corazón de verdad. Siento que soy una buena persona porque me perdoné y aprendí a perdonar. Las adicciones fueron una pérdida de tiempo y de salud muy grande. A los jóvenes les digo: no se metan ahí, métanse a la luz”.

En un mensaje directo y esperanzador, Awada reflexionó sobre el presente del país y los desafíos que enfrentan las nuevas generaciones. “No estamos pasando un muy buen momento. Nuestra sociedad está muy atacada por los vicios, las drogas. Espero que cada uno de los jóvenes inicie un camino al aprendizaje. Hay que pedir ayuda, a la familia si se puede y a un buen terapeuta”, concluyó.

La entrevista con Héctor Maugeri dejó a la vista no solo al artista consagrado, sino al hombre que transitó la oscuridad, se abrazó al arte y logró reinventarse. Alejandro Awada es, hoy, testimonio vivo de que del dolor también puede nacer la redención.