El fin de semana de Carnaval pasó a ser una fecha codiciada para las bodas más exclusivas y ambiciosas. Una oportunidad ideal para que Sonia Caputo, la hija del próspero empresario Nicolás Caputo (61), formalice su vínculo con el abogado Santiago Giambruni, un enlce que convocó entre otros al ex Presidente Mauricio Macri (61), el amigo “del alma” del padre de la novia. Tal fue la envergadura del acontecimiento social que el mismo abarcó tres episodios: el sábado 22, un picnic que debió mudarse de la playa de Laguna Escondida al propio barrio privado debido a los fuertes vientos; el domingo 23, el casamiento en sí con ceremonia a orillas de la playa Mansa, de José Ignacio, y fiesta en el parador La Huella; y el lunes 24, una comida como broche de cierre. Tres días inolvidables para los novios y sus familias, quienes contaron con la complicidad de un Sunset soñado la tarde del enlce nupcial en la "Bajada de los Pescadores", tal como se describió al lugar en la invitación.
Los fuertes lazos de amistad entre Macri y “Nicky” Capúto hicieron que Mauricio no dudará en cruzarse al Uruguay junto con su mujer, Juliana Awada (45). Ambos se hospedaron en la chacra de José Ignacio del belga Bruno Barbier, ex marido de Juliana, y con estricto bajo perfil sólo asistieron a la fiesta en el parador La Huella, donde ingresaron por una casa aledaña, entre los médanos, para no ser descubiertos. Quién si asistió tanto a la ceremonia religiosa como a la fiesta fue Gimena Macri (34), una de las hijas de Maurico y para muchos la mejor amiga de la novia. Gimena, que cubrió su rostro con anteojos oscuros y un fino sombrero, se ubicó en la segunda fila detrás de los familiares de los novios. También participaron de ambas reuniones otros funcionarios ligados al último gobierno de Cambiemos: el ex ministro del Interior, Rogelio Frigerio (50), y su mujer Victoria Costoya (cambió el look de su peinado entre la ceremonia y la fiesta), y el ex ministro de Seguridad boanerense, Cristian Ritondo (53), con su esposa, Mariana Gallego. En cambio, Horacio Rodríguez Larreta (54) & Bárbara Diez, y Diego Santilli (52) con Analía Maiorana optaron, al igual que el ex mandatario, por asistir sólo a la fiesta.
Para montar la puesta en escena los novios contrataron al estudio de ambientación Hermanas Caradonti, que se lucieron con la decoración selvática con la que transformaron La Huella. También le pusieron un atmófera natural y con mucho verde a la Bahía de los Pescadores, donde Sonia y Santiago dieron el “sí” de cara al mar y frente al sacerdote. Egresada del colegio Michael Ham y dedicada a la activación de marcas y empresas, Sonia lució un vestido que le confeccionaron las diseñadoras Anushka Elliot y Sole Zimmer. Llegó a bordo de un carrito eléctrico que manejó su padre, y entre los invitados contó con buena presencia de su núcleo familiar; su madre y primera mujer de “Nicky” Caputo, Verónica Stegmann; su abuela materna; su hermano, Nicolás Caputo, con su mujer, Mercedes Lacoste; su prima, Jimena Vázquez Caputo, y su primo segundo, el exitoso modelo Marcos Fecchino. Entre el resto de los invitados sobresalió la presencia de Dolores Barreiro (44) con su ya confirmado nuevo novio, el polista Santiago Tanoira (35). Fue una especie de bautismo social para la pareja, que ya habíá sido descubierta durante el verano en Punta del Este. “Santi” está divorciado de Anushka Elliot, y justamente en la boda le tocó encontarse con su ex mujer. Otro reencuentro entre “ex”, en la fiesta, fue el de Mauricio Macri con Ivonne Bordeu, presente junto a su actual marido, Carlos Sánchez.
El catering se basó en los exquisitos platos de La Huella, entre los que no faltaron pizzas, carne con puré de calabaza, langostinos, rabas y el clásico volcán de dulce de leche con helado para el postre. Hubo variedad de tragos, con las caipiroshkas de lima o maracuyá como emblemas, y el deejay Fer Marconetti debió amalgamar los paladares musicales de las distintas generaciones para lograr una fiesta cool y canchera. Mauricio, vestido con jean blanco y saco beige, y Juliana, de dress code colorado, no pasaron inadavertidos rodeados de tantos amigos y conocidos, y una bloguera subió la única fotografía que se vio de ella en la fiesta. Todo salió a pedido de los novios y en especial de Sonia, quien soñaba tener la fiesta que tuvo y en el lugar que anhelaba para celebrar un acontecimiento que la marcará de por vida.