Más allá de sus éxitos en el cine, de los millones acumulados y de su sex-appeal, imposible de ignorar Johnny Deep (57) no en vano se ha ganado el título de “EL Rebelde de Hollywood”. Tan atractivo como atormentado, solitario, irreverente y provocador, el actor se presentó en el Tribunal Supremo de Londres para declarar por el juicio que le inició al diario “The Sun” que dijo que era un “golpeador” y que por esa razón se tuvo que divorciar de Amber Heard (34) luego de dos años de matrimonio.
“No soy y nunca he sido un maltratador de mujeres”, repitió Johnny en su particular defensa. Siempre acompañado por su abogado, David Sherbone, Depp llegó al tribunal con su acostumbrado look desaliñado y barbijo y con el firme propósito, según declaró, de limpiar su buen nombre. Sin embargo sus cañones no dispararon contra el News Group Newspaper y su director ejecutivo, Dan Waatton, sino que terminó nuevamente “destruyendo a su ex”.
“Esto no es una cuestión de dinero sino de justicia. Quiero limpiar mi reputación. Porque esta mujer inventó historias de violencia grave. Y fue ella quien comenzó las peleas físicas con puñetazos y me golpeó. ¡Fui víctima de una golpeadora! ¡Es una sicópata calculadora y narcisista! Una vez hasta me cortó el dedo pulgar, me quemó en la mejilla con un cigarrillo y llegó a defecar en mi cama… ¡Todo esto me impulsó a divorciarme!”, aseguró el actor. Y, decidido a terminar de hundir a su ex. “Ella tenía un plan para casarse conmigo y así progresar en su carrera y beneficiarse económicamente. Es una deshonesta emocional. ¡Yo sólo soy su víctima y por eso le exijo 50 millones de dólares en compensación! Y no voy a permitir que nadie más me difame…”, exclamó Depp en el que no será su último paso por los tribunales.