Jorge Martínez habló del presente de sus tres hijos y reveló que "se perdonó" por no compartir gran parte de su vida con ellos

En una charla íntima con Héctor Maugeri para +CARAS, Jorge Martínez abrió su costado más profundo y emotivo. Con la calma de quien atravesó muchos paisajes interiores, reconoció que atravesó un proceso de reconciliación consigo mismo. “Siempre fui buen tipo, siempre, pero ahora más”, confesó con sinceridad. Para él, ese reencuentro interno no fue un acto repentino, sino un camino que tuvo que recorrer. Y en ese trayecto aparecieron dolores, reflexiones y un perdón largamente postergado.

Jorge Martínez: el perdón pendiente y la distancia de sus hijos

Cuando Maugeri le preguntó qué era aquello que finalmente había podido perdonarse, Martínez no dudó. Reveló que lo que más lo había marcado fue haber pasado demasiado tiempo lejos de sus hijos por compromisos laborales en el exterior. Esa distancia, dijo, lo privó de parte de la crianza y de la adolescencia de ellos. Con el tiempo, y ya con sus hijos adultos, llegó el reencuentro. “Ahora nos llevamos estupendamente bien”, contó, emocionado.

Habló con ternura del vínculo que hoy lo une a cada uno. Con Emiliano, las charlas diarias son un ritual afectivo. Con Agatha, comparte cenas, almuerzos y salidas al teatro. Y de Natalia, que vive en España, dijo que el amor se sostiene a pesar de los kilómetros. Para él, esa reconstrucción familiar fue uno de los logros más importantes de su vida personal. Un modo de sanar viejas ausencias sin negar lo vivido.

Jorge Martínez: ser abuelo, reconocer rasgos y aprender a estar solo

La emoción se profundizó cuando Maugeri le preguntó por sus nietos. Con orgullo, Martínez nombró a cada uno: Sebastián, Vicente y Amapola, de 20, 13 y 11 años respectivamente. Contó que Sebastián vive también en España y que los chicos forman parte esencial de su presente. La paternidad tardía, esa que él pudo ejercer ahora siendo un poco más grande, encontró su forma más luminosa en la relación con ellos. Allí siente que puede dar lo mejor de sí, desde un amor más sereno y consciente.

El actor también habló de las similitudes que reconoce entre él y su hijo Emiliano. “Tiene algo mío”, dijo, sin poder precisar del todo qué es ese rasgo compartido. Lo que sí sabe es que ambos valoran la soledad como un espacio de pensamiento y refugio. Emiliano vive solo en un tríplex de Vicente López y se armó un ambiente propio en el tercer piso. “Yo también necesito la soledad”, admitió Martínez, reconociendo en ese retiro un lugar de introspección y equilibrio emocional.