miércoles 03 de diciembre del 2025
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Bárbara Diez reveló: “Soy un caso de estudio, tengo tricromacia anómala”

Entre recuerdos y revelaciones, la organizadora de bodas habló de la singularidad que la acompaña desde niña y que terminó definiendo parte de su sello profesional.

Bárbara Diez
Bárbara Diez en +CARAS | CARAS
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En su conversación con Héctor Maugeri para +CARAS, Bárbara Diez abrió una faceta íntima y poco conocida de su vida: su condición visual. Con una tranquilidad que no pierde ni cuando habla de episodios de su infancia, contó que, a los 12 años, obtuvo un cero en una prueba de arte porque no había podido distinguir los colores. Su mamá, sorprendida, la llevó al oftalmólogo, donde descubrieron algo tan inesperado como excepcional: tenía tricromacia anómala, una forma de daltonismo prácticamente inexistente en mujeres. “El médico me dijo: ‘Sos un caso de estudio, nunca pensé que iba a ver uno’”, recordó.

Bárbara Diez: “En el colegio me hacían bullying, pero yo no entendía qué era lo que veía mal”

La revelación, lejos de angustiarla, abrió una explicación para muchos momentos de su vida escolar. Bárbara comentó que sus compañeras solían burlarse porque a veces usaba una media azul y otra negra sin darse cuenta. Aunque la situación podía resultar incómoda, nunca la vivió como un obstáculo personal. Con el tiempo, aprendió a convivir con su particular percepción del color y a transformar esa dificultad en un rasgo diferencial. “En el colegio me hacían bullying, pero yo no entendía qué era lo que veía mal”, contó con la serenidad que la caracteriza.

Bárbara Diez
Bárbara Diez en +CARAS

Su trabajo, sin embargo, encontró un modo natural de adaptarse. Debido a la fotofobia que suelen tener los daltónicos, Diez desarrolló una sensibilidad muy especial para la iluminación. Esa particularidad se convirtió en un sello profesional: sus eventos son reconocidos por una atmósfera luminosa cuidadosamente diseñada. Ella lo explica con simpleza y claridad: “Siempre trabajo con un ambientador; yo me ocupo del equilibrio, de la logística y de la luz”. En ese enfoque está parte del magnetismo de sus producciones.

Bárbara Diez y el equilibrio entre su identidad y su profesión

Esa condición también influyó en su estética personal. Contó que, para evitar combinaciones que no distingue correctamente, se ciñe siempre a una paleta segura: blanco, negro, dorado y plata. “No combino colores”, admitió en +CARAS con naturalidad. Esa decisión no le resta estilo; por el contrario, construyó una imagen elegante, sobria y sofisticada que se volvió característica. En su caso, la limitación no se convirtió en un límite, sino en una identidad visual clara.

Bárbara Diez
Bárbara Diez

Más allá del diagnóstico, lo que más conmovió fue cómo lo integró a su vida sin dramatismo y con una gratitud profunda por la creatividad que pudo desarrollar igual, o quizás gracias a ello. Hoy, su enfoque estético se sostiene en la búsqueda del equilibrio y en la precisión emocional más que en la cromática. Y ese sello, lejos de ser casual, es parte esencial de la magia que imprime en cada evento. En definitiva, su tricromacia anómala no la definió como un impedimento, sino como un componente inesperado de su historia. Uno que revela, una vez más, que su sensibilidad no surge de la perfección técnica, sino de la forma en que mira y siente el mundo.

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