Luisa Albinoni: “Nunca me sentí cosificada, ni siquiera cuando trabajé con Olmedo y Porcel”
En +CARAS, la actriz desarmó los prejuicios sobre el teatro de revista y el cine: para ella, hubo respeto, trabajo y elección.
En una conversación íntima con Héctor Maugeri para +CARAS, Luisa Albinoni recordó sus comienzos en el cine y la televisión de la mano de Gerardo y Hugo Sofovich, Alberto Olmedo y Jorge Porcel, en una época donde la sensualidad femenina ocupaba un rol central en la comedia popular argentina. Sin embargo, lejos de relatar esa experiencia desde la incomodidad o la objetivación, la actriz fue clara: “Nunca me sentí cosificada”.
Contó que, al llegar desde el universo de la comedia musical con Pepito Cibrián, donde la actuación y la composición del personaje eran el eje, se sorprendió cuando le dijeron que en las películas picarescas “tenía que pasar”, es decir, mostrarse. “Al principio me molestó, porque yo pensaba en el personaje, en la construcción. Y ahí entendí que el código era otro”, relató. Pero con el tiempo comprendió que esa exposición podía ser una puerta hacia otros matices como actriz, no un límite.
Luisa Albinoni y Jorge Porcel
Luisa Albinoni y la diferencia entre mostrarse y ser mirada
Para Luisa Albinoni, la clave estuvo en cómo ella se posicionó dentro del escenario. “Siempre tomé las indicaciones dirigidas a la actriz, no a Luisa”, explicó. Incluso cuando Gerardo Sofovich daba directivas fuertes, ella las entendía como parte del proceso artístico: “Era como decir: mejorá. Yo aprendí con él. Gerardo hacía hablar a las piedras”. Aseguró que jamás vivió maltrato ni de Sofovich ni de quienes integraban ese universo creativo. “Por ahí subía la voz. Yo también tengo carácter. A veces los capocómicos tienen que bancarse a alguien que empieza, que no sabe dónde pararse. Pero eso no es maltrato”, sostuvo con firmeza.
Sobre el mito de las revistas y los camarines, fue igual de precisa. Dentro del escenario había juego, picardía y códigos. Fuera, límites claros. “En la revista sí, pero como parte del sketch. Fuera de lugar, no. Eso no me gustaba”, explicó. La noción de consentimiento, aunque en aquel tiempo no se nombrara así, estaba perfectamente definida por ella.
Luisa Albinoni en +CARAS
Luisa Albinoni y el amor que llegó desde la amistad
En medio de esa etapa profesional, Luisa Albinoni construyó un vínculo profundo con Jorge Porcel. El acercamiento nació desde la humanidad: ella atravesaba la enfermedad de su madre y la responsabilidad familiar tras la muerte de su padre. “Entre el Negro y el Gordo me traían las guías para el tratamiento de mi mamá. Me las regalaban”, recordó. La amistad se volvió complicidad, y la complicidad, amor, explicó la artista. Y cerró: “El primer beso lo dio él. Él iba al frente”.
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