Sebastián Estevanez sobre Carina Zampini: “Para contar amor, había que jugar al máximo”
El actor recordó la química que tenía con su coprotagonista y reveló el juego, la confianza y el humor que hicieron inolvidables sus escenas en Dulce Amor.
En una charla guiada por la curiosidad de Héctor Maugeri para +CARAS, Sebastián Estevanez abrió una ventana a la intimidad de las ficciones que marcaron a toda una generación. La química con Carina Zampini fue una de las más recordadas de la televisión argentina, sobre todo durante el fenómeno de Dulce amor. Y, lejos de cualquier misterio, él admite que ese vínculo se sostenía en la confianza absoluta. “Obvio… si estamos contando una historia de amor, había que jugar al máximo”, resumió.
Con humor, recordó que el histrionismo con Carina iba mucho más allá del beso clásico de novela. “No solo nos comíamos la boca: nos comíamos la oreja”, confesó, revelando que muchas de esas escenas nacían del juego entre ellos. Sebastián le proponía ocurrencias que parecían exageradas, y ella las aceptaba con picardía: “Dale, mordeme la oreja”. Todo estaba pactado, conversado y armado entre los dos, como un código que hacía que las escenas fluyeran de manera natural. “Con ella es distinto: es amiga, la quiero mucho”, afirmó.
Sebastián Estevánez
Sebastián Estevanez y el detrás de escena de Dulce amor
Cuando Maugeri le preguntó cómo era grabar Dulce amor, su respuesta fue inmediata y llena de nostalgia. Habla de un clima de trabajo único, casi familiar, donde técnicos, directores y elenco formaban un equipo sin fisuras. “Era una fiesta grabar. No queríamos que terminara nunca”, recordó en +CARAS con un entusiasmo que no necesita subrayado. Fueron alrededor de 300 capítulos en los que la dinámica entre todos convirtió cada jornada en un encuentro creativo.
Ese espíritu festivo también explica por qué la novela se transformó en un éxito que marcó a la audiencia. Sebastián destacó que cada escena nacía del compromiso, pero también del disfrute genuino. El elenco compartía bromas, miradas cómplices y una energía que trascendía la pantalla. Y en medio de ese clima, su dupla con Zampini encontró una identidad propia que el público adoptó como si fuera real.
Sebastián Estevanez en +CARAS
Sebastián Estevanez y su experiencia con Susana Giménez
Otra figura clave en su recorrido fue Susana Giménez, con quien también compartió unas cuantas escenas. Sebastián aseguró que el puente entre ellos era el humor, tan espontáneo como inevitable. “Qué lindo grabar con ella. Conectábamos desde el humor”, dice, evocando ese juego que también surgía con Carina. Le advertía: “Su, mirá que te voy a dar un beso acá…”, y ella se prestaba con naturalidad.
Para él, esa capacidad de jugar es lo que vuelve inolvidables ciertas experiencias. Tanto con Susana como con Zampini, la clave era la confianza, la complicidad y la libertad de improvisar desde el afecto profesional. Las escenas se construían desde ese clima, sin tensiones, sin solemnidad. Y ahí, en ese detrás de escena lleno de risas, se forjaron algunos de los momentos más icónicos de su carrera.
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