Mirtha Legrand, íntima: "Siento que estoy renaciendo" (caras)
Mirtha Legrand, íntima: "Siento que estoy renaciendo" Foto: caras
Mirtha Legrand, íntima: "Siento que estoy renaciendo" Foto: caras
Mirtha Legrand, íntima: "Siento que estoy renaciendo" Foto: caras
Mirtha Legrand, íntima: "Siento que estoy renaciendo" Foto: caras
Mirtha Legrand, íntima: "Siento que estoy renaciendo" Foto: caras

Mirtha Legrand, íntima: "Hoy siento que estoy renaciendo"

En exclusiva para CARAS, “Chiquita” posa en el living de su piso de Palermo, con un glamoroso tailleur del diseñador Claudio Cosano.

Su vida es una película. Desde que salió de su amada Villa Cañás, junto a su madre, su hermano y su gemela, no paró en su meticuloso camino a la fama. Lo tuvo todo y disfrutó cada instante de su vida como una diva. Amó y es muy amada. Trabajó sin descanso hasta celebrar 82 años de carrera; 50 con sus tradicionales “Almuerzos” –en los que, según su asesor Hector Vidal Rivas, durante
su participación realizó alrededor de 4212 cambios de ropa–, que nacieron en 1968. Alcanzó el logro de hacer uno de los programas más longevos de la televisión
mundial. Protagonizó 36 películas, 11 obras de teatro, 3 series de televisión y hasta tuvo dos ciclos de radio. Y ganó 24 Martín Fierro, además del de Oro y el Honorífico.
Por todo esto Mirtha Legrand (95) no estaba acostumbrada a parar. Ama trabajar, salir, estar en contacto con sus amigos y con su público… Pero los dos años de encierro obligado por la pandemia la
entristecieron. A ese aislamiento se sumó el inconmensurable dolor de la pérdida de sus hermanos…


Hoy, sentada frente al gran ventanal por el que, sin permiso, se cuelan los rayos del fuerte sol del otoño porteño, “Chiquita” observa el aún verde paisaje de Plaza Alemania. En ese departamento –con el que la sorprendió Daniel Tinayre luego de uno de sus viajes por trabajo– gira su mundo. En el gran living con mullidos sillones blancos –donde se “tiran” cuando la visitan su hija Marcela, sus nietos Juanita (39), Nacho (41) y Rocco (26) y sus bisnietos, Ambar (18), Silvestre (13) y Alí (10)– se encuentra su escritorio donde algunas tardes se sienta frente a su computadora. Pero su verdadero refugio es su habitación. Su gran cama con almohadones, su tablet, una pantalla gigante de televisión, diarios, libros y blocks con marcadores para anotar datos que le in teresan, más su celular –con el que puede “whatsapear” hasta la madrugada con amigas como Susana Giménez”– se convirtieron en sus inseparables compañeros. Esas cuatro paredes fueron mudas testigos de sus lágrimas, desconsuelo y dolor en los últimos años.

Pero Mirtha es Mirtha. Una mujer bella, entera a pesar de los golpes. Y, sobre todo, coqueta. Con su señorial andar; con la elegancia y el charme que distinguió cada paso de su vida, con sus ojos “color del tiempo” y su clásico peinado “Legranezco”, vuelve a ser una anfitriona de lujo que recibe, en exclusiva a CARAS, en la intimidad de su hogar.

Mirtha Legrand abrió las puertas de su casa. 

–¿Cómo vivió este tiempo de encierro, de aislamiento, una mujer como Ud. que ama el contacto con la gente?
 

–¡Lo viví muy mal! Porque no salía ni al balcón del temor que tenía de una enfermedad de la que no sabíamos nada cuando comenzó… ¡Me hizo mucho daño! Hay quepensar que cambió al mundo. Y el
temor no era sólo por ser grande porque también afectó a gente muy joven. A mí me hizo terriblemente mal y vivimos momentos muy duros. Pero encima se sumó el inmenso
dolor de perder a mis dos amados hermanos y, ni siquiera, poder ir a despedirlos. Fue demasiado…


–Y también se le sumó su problema de salud que terminó con una intervención quirúrgica al corazón para colocarle dos stent…
 

–Sí. Yo tenía una salud de hierro y me jactaba de eso. El Dr. Guillermo Semeniuk, mi médico de toda la vida, me decía “No tengo una paciente de su edad tan sana como usted”. Y yo soy sana también de la cabeza que es algo muy importante. Pero me cuido demasiado para eso. Sin embargo terminé internada en Terapia Intensiva…


–¿Fue uno de los peores momentos que debió enfrentar en su vida?


–Más allá de las pérdidas, sí. Es un momento horrible. Estás sola en una cama en la que no te podés mover porque estás toda llena de cables de un costado. Es impresionante la soledad que se siente. No podés moverte ni para un lado ni para el otro… No soportaba más y les dije que si no me sacaban todo, me levantaba y me iba. Además, el silencio que hay en Terapia Intensiva es aterrador. Pasé cuatro días ahí y luego estuve en una Terapia Intermedia. Obviamente que entendí que era algo que tenían que hacer por mi salud pero fue durísimo. Gracias a Dios, a los profesionales de primera y al amor que recibí de las enfermeras y el resto del personal, tuve una recuperación fantástica. Allí me sentí muy querida y eso ayuda a que uno se recupere más rápido.

Mirtha Legrand, íntima: "Hoy siento que estoy renaciendo"

–¿En algún momento sintió miedo?

–Yo siempre fui una mujer muy corajuda. Nunca dejé que ese sentimiento entrara en mi vida. No tenía miedo a nada. Nunca fui de sentir temores… Aunque sí hay algo que hoy me da miedo y son las
multitudes. Me dan terror cuando cortan la Av.9 de Julio y uno queda con el auto en el medio… Porque la gente está muy intolerante y el descontrol se apodera de todo. Pero siempre pensé que no se puede vivir con miedo; sí está bien tomar ciertos recaudos y protegerse. Hoy yo noto que la gente está muy nerviosa y tiene cualquier reacción ante lo menos esperado. Y cuando estuve internada en Terapia Intensiva reconozco que sí sentí un poco de miedo. El silencio que hay allí es aterrador y nadie lo prepara a uno para vivir un momento así…


–¿Cuál es su fórmula mágica para estar siempre bien?

–Yo soy una mujer gánica por naturaleza. ¡Siempre lo fui! Ahora hago gimnasia con mi kineséologo Guillermo Galego y debería salir a caminar un poquito. Pero voy al teatro con Juanita que es muy buena conmigo y me propuso ver todas las obras que podamos. Ella es divina conmigo. Me demuestra su gran cariño y me mata cuando me dice “Abuelita”. Ama la Naturaleza y hace cosas increíbles por ella como ir a colaborar con Corrientes cuando fue lo de los incendios. ¡Juanita es de otro mundo! Y tenemos una conexión muy especial con ella aunque de su vida, no me cuenta nada por las dudas… Marcela también es entrañable conmigo. Es notable pero cambió totalmente nuestra relación después que murió Daniel (Tinayre). Toda mi familia me cuida mucho y me viene a visitar permanentemente.


–Y ¿qué hace para distraerse durante todo el día?


–Gracias a Dios cuento con una gran compañera de vida como es Elvira, que es adorable. Yo tengo una vida muy agradable. Mi familia y mis amigos me visitan y los domingos somos diez a la mesa. Es una rutina que me encanta armar porque siempre fui una gran anfitriona. Con mi colaboradora Mónica buscamos una vajilla especial, manteles que combinen y flores. Me gusta agasajar a la gente que amo. Me ocupo de todo menos de la cocina. Eso nunca lo hice ni me gustó. Como casi no salgo escucho mucho la radio y veo televisión para estar informada de todo lo que pasa y no perderme nada. Estoy despierta hasta las 4 de la mañana en la cama y a esa hora me “whatsapeo” con algunos amigos como Susana… A la noche no miro películas, salvo que pasen alguna mía. Me encanta la tele abierta y sigo todos los ratings. Lo veo a Baby Etchecopar, a Viviana Canosa que me parece muy valiente por todo lo que dice y también a Moria está muy bien con Galmarini… Ella es una mujer muy trabajadora, como lo fui yo. Hacía televisión y teatro como ella. Terminaba los “Almuerzos” en el 13, descansaba un poco en el camarín, y me iba al Gran Splendid para hace “40 Quilates” todos los días…

Mirtha Legrand, íntima: "Hoy siento que estoy renaciendo"


–¿Qué es lo que más extraña de aquella época de oro?


–¡Si, fue una época dorada! Yo trabajaba mucho pero aunque me iba de mi casa a mediodía y volvía a las 9 de la noche, llegaba justo para bañar y acostar a mis hijos. Pero si volviera a nacer no lo haría porque no es bueno no ver a los hijos durante todo el día. No estaba con ellos porque filmaba muchas películas con Tinayre… Y extraño eso… Los estrenos de aquella época eran grandiosos. Uno se producía especialmente con los mejores vestidos y galas. Cortaban el tránsito e iluminaban la calle…


–¿Y algo material que hoy extrañe?
–Material nada. Pero sí extraño un compañero que, valga la redundancia, me acompañe… El estar con alguien que venga conmigo y comente lo que vivimos. Pero sólo por eso. Siempre tengo amigos que me acompañan a todos lados pero cuando cierro la puerta de casa, estoy sola. Por eso extraño la vida en matrimonio junto a un hombre. ¡No hay ropa de hombre en esta casa! Y eso se extraña. Pero me acostumbré. Siempre cuento que el día que tomé consciencia que Daniel ya no estaba más fue una noche que salí a comer con los Rottenberg y los Calabró. Porque cuando regresé a casa puse las llaves en la puerta, encendí las luce y dije “¡Esto es la soledad!” Es una imagen cinematográfica muy fuerte. Pero a la vez también me repetí “¡Chiquita ya te vas a acostumbrar!”. Y, quizás algo material que extraño podría decir que son los viajes. Durante este tiempo me hubiera gustado ir a Miami y a París a acompañar a Ambar cuando se fue a estudiar allá.


–¿Pero este departamento también es su gran refugio?
–Sí, obvio, amo mi casa. Este departamento lo compró Tinayre y lo hizo todo de nuevo con una cocina enorme. Recuerdo que yo estaba prohibida en ese momento y, como no hacía televisión, viajaba al interior a conducir desfiles. Un día me fue a buscar al aeropuerto y cuando tomó otro camino le pregunté pero ¿Daniel a dónde vamos? Y me trajo acá. Abrió la puerta y estaba toda la casa armada. Decorada con los muebles, los cuadros, flores y hasta mi ropa colgada en el vestidor. El tenía muy buen gusto… Y fue maravilloso para mí. Una gran prueba de amor que me dio.


–¿Vivieron una historia de amor única?
–Sí. ¡Pero tuvimos nuestras discusiones fuertes también..! Pero todo pasaba. De lo contrario nos hubiéramos aburrido. Lo que sucede es que los dos
teníamos caracteres muy fuertes. Además, trabajábamos, y mucho, juntos. ¡Yo era rebelde y no lo obedecía! Lo escuchaba pero siempre hacía lo que quería y eso lo enojaba mucho. Pero Daniel era un gran seductor. ¡Muy buenmozo, apuesto y siempre bronceado!

Mirtha Legrand, íntima: "Hoy siento que estoy renaciendo"

–Y volviendo a sus rutinas diarias, ¿A la hora de comer es muy exigente?
–No. Como en mi cuarto y de todo un poco. Elvira me pide que coma más y carne que casi no consumo. Me gusta, por ahí, una ensaladita de atún y algo liviano. ¡Me encantan los asados que hace Marcela! Son espectaculares y riquísimos. Pero siempre como porciones muy chicas. Con la pandemia bajé tres kilos. Las frutas y las verduras no me gustan mucho. A mí me atrae todo lo que engorda como el chocolate con churros. También me gusta la pizza pero ya no tomo más cerveza, la dejé.


–¿Hay algún deseo que hoy tenga guardado?
–¡Tener salud! Porque ya viví lo que es no tenerla. También salir a la calle naturalmente; ir a los teatros que me gustan tanto, pasear… Ahora recién comencé a salir pero muy poquito. Hacía dos años que no iba a ningún lado; que estaba encerrada. Pero siento q u e y a voy a tener tiempo para ir a todos los lugares a los que me invitan, como a Mar del Plata que e s u n a ciudad que amo tanto. La pandemia nos ha destruido. Ha hecho mucho daño a todo el mundo. ¡Por eso hoy siento que hay que renacer! Y en este camino estoy; renaciendo… Obviamente que también quiero que la Argentina salga adelante. No me quiero ir de este mundo sin ver a mi país tan pujante como lo era antes. Un país importante, de gente trabajadora. Quiero que dejemos de lado la política y las diferencias y volvamos a ser como cuando lo fundamos. ¡Un país maravilloso! Nunca imaginé un mundo como el que estamos viendo hoy hasta a punto de una guerra nuclear. Todo es una gran preocupación.


–¿Y su futuro cómo lo ve?
–Trabajando. Porque yo amo mi actividad y extraño la televisión aunque por lo que veo hoy está muy cambiada, agresiva, como con una desesperación de hacer cualquier cosa por el rating. ¡Es tremendo! Además, a la mitad de la gente que está la desconozco; no sé quiénes son… Es una pelea desigual. ¡Ojo! a mí me gusta competir y me puedo ver en la tv competitiva pero con
buenas armas. Por eso lamenté mucho la muerte de Rozin. Era mi competidor fuerte pero con mucho talento. A mí me gustaría hacer los “Almuerzos. No quiero que desaparezcan de la televisión porque yo y toda mi familia le debemos mucho a un clásico de la tv como son. Yo quiero volver al Trece pero ellos proponen un especial por mes y es poco. Quiero trabajar y todo se está hablando con Nacho que está regresando de un viaje en moto.

 

Fotos: Federico Debartolo 

Agradecimientos:
Asesor de Imagen Héctor Vidal Rivas,
Elvira Guaraz, Make Up Gladys Andrade,
peinado Jeannete.
Vestidos Claudio Cosano, IARA.

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