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Araceli, ¿qué te inspiró a convertirte en lashista?
La realidad es que cuando realicé mis primeros cursos, jamás imaginé poder crecer tanto y tener mi lugar. Antes de ser lashista, trabajé 4 años en una panadería y quería algo diferente, donde pudiera manejar mis horarios y estudiar una carrera universitaria.
¿Cuáles consideras que son las habilidades más importantes que enseñas en tus cursos para que los estudiantes se conviertan en expertos en el mundo de las pestañas?
Manejo una técnica responsable, pero, sobre todo, hago mucho énfasis en la salud ocular y la importancia de cuidar a las clientas. Concientizo a todas mis alumnas sobre el porqué de trabajar de forma responsable. Las pestañas están para proteger el área de los ojos, y si no las cuidamos, podemos causar daños irreversibles, lo que podría desarrollar muchos problemas que afectarán la vista.
¿Cómo te mantenes actualizada con las últimas tendencias y técnicas en el rubro de la estética y las pestañas?
Siempre es importante capacitarse constantemente para estar al tanto de todo lo nuevo. No importa cuántos cursos tengas, siempre hay que actualizarse y no quedarse con lo que uno sabe. Todo el tiempo surgen nuevos estilos.
¿Qué consejos le darías a alguien que está considerando iniciar una carrera en este rubro?
Siempre les digo a mis alumnas que, más allá de desarrollar una buena técnica, aquí lo que importa es aprender tanto en la teoría como en la práctica. Es importante buscar lugares que tengan buena referencia, pero también es muy importante la perseverancia; no se aprende de un día para otro. Esto requiere mucha práctica, constancia y dedicación. No compitan entre colegas, busquen ser mejores para ustedes y superarse a sí mismas. Sean buenas colegas y compañeras.
¿Podrías compartir con el público de CARAS alguna experiencia memorable en tu profesión que haya impactado tu vida?
En este rubro, crecí muchísimo, tanto en lo personal como en lo profesional, pero destaco especialmente haber conocido a las compañeras de trabajo que hice. Hoy en día, para mí son parte de mi familia; crecimos juntas, reímos y lloramos porque trabajamos juntas durante tres años. Por cuestiones de la vida, cada una tomó su camino, pero hoy seguimos siendo amigas y mantenemos el contacto. De hecho, hablamos todos los días. Algo que me dejó este rubro fue el amor sincero y recíproco que compartimos, y eso es algo que nadie podrá borrar de mi vida.
¿Cuál es la parte más gratificante de ser master trainer y educar a futuros profesionales en esta industria? ¿Y el mayor desafío que enfrentas?
Que mis alumnas ejerzan este rubro me da mucha felicidad y gratitud por elegirme una y otra vez, y, sobre todo, por recomendarme. El desafío que enfrento hoy en día es seguir creciendo y no descuidar este rubro, ya que, paralelo a esto, estudio una carrera universitaria. Mi mayor desafío es no descuidar ninguno de los dos, ya que ambos son muy importantes. Soy la encargada de publicar turnos y cursos, contestar mensajes, dar clases y, por supuesto, atender a mis clientas. Tengo clientas que se atienden a las 6:00 a.m., así que imagínate llegar de cursar a las 10:30 p.m. o 11:00 p.m., y después de bañarte y cenar, ya son las 12:00 a.m., y tienes que levantarte a las 5:30 a.m. para llegar bien. Por día atiendo entre 4 y 8 clientas, dependiendo del día, ya que los sábados no tengo curso y puedo atender un poco más. Es difícil llevar un estilo de vida saludable, trabajar de 10 a 12 horas, cuidar tu negocio para que siga creciendo y estudiar.
PARA CONOCER MÁS:
Instagram: @araceli_mastertrainer
