Como futura psicóloga, aprendí que el verdadero bienestar empieza en la mente. Esa voz interna que nos acompaña puede impulsarnos o frenarnos, construirnos o desgastarnos. En tiempos donde la productividad constante y el “fitness perfecto” parecen ser el modelo de éxito, cada vez más personas descubrimos que el verdadero bienestar no nace del control, sino del equilibrio. Aprender a desarrollar un autodiálogo positivo, cultivar una autoestima sana, vivir y hacer desde el amor propio pueden cambiar no solo cómo te ves, sino cómo te sentís y cómo actuás.
Vivimos en una sociedad que aplaude la exigencia: “entrená aunque estés cansada”, “la disciplina lo es todo”, “te falta fuerza de voluntad”. Pero es un discurso que en realidad, nos aleja del disfrute y nos acerca al agotamiento (físico y mental). Nos mueve la idea de que ser fuertes es poder con todo, cuando en realidad, ser fuertes también es saber cuándo parar, descansar y escucharse.
El diálogo interno influye directamente en la motivación real y en la capacidad de sostener hábitos saludables. No se trata solo de “pensar en positivo”, sino de aprender a hablarnos con respeto y empatía, especialmente cuando las cosas no salen como esperamos. La disciplina saludable no es castigo ni rigidez; es constancia, pero a conciencia y con compasión.
Las investigaciones en bienestar emocional muestran que el lenguaje que usamos con nosotras mismas puede afectar incluso el cuerpo: los niveles de energía, el estrés, la alimentación y la recuperación. Si te repetís que no podés, tu mente y tu cuerpo lo creen, pero si te decís “lo estoy intentando”, “estoy mejorando”, “soy capaz”, ese cambio de palabras genera nuevas emociones y comportamientos.
Hablarte bien no significa bajar la exigencia, sino transformarla en algo más humano. Significa dejar de vivir desde la culpa para empezar a vivir desde la conexión. Entender que comer bien no es privarte, sino nutrirte; que entrenar no es castigarte, sino agradecerle al cuerpo lo que puede hacer.
El equilibrio cuerpo–mente no se construye con reglas estrictas, sino con hábitos sostenibles. Si disfrutás del proceso, la constancia llega sola. No hay motivación real sin disfrute, y no hay cambio duradero sin bienestar mental.
Por todo esto es que cuidarte no es exigirte más, es elegirte mejor. Si buscas un cambio fisico, tu cuerpo va a cambiar cuando tu mente este en calma y tu verdadero "estilo de vida saludable” puede empezar con una sola decisión: hablarte bien.
Contacto
Luli Sumbaya – Coach Fitness y fundadora de LSFitness
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