La búsqueda incesante y desenfrenada de una estándar estético joven, impuesto por la sociedad y muchas veces autoimpuesto es muy cruel y parece no tener fin. La imposición de belleza y juventud eterna genera una insatisfacción constante que nunca será sanada con ningún procedimiento estético.
Esto ocurre porque de nada sirve ser exteriormente bello si interiormente tenemos un gran desorden que necesita ser corregido.
Debemos saber que es tan importante encontrar la parte estética que nos satisfaga como conocer y amar nuestra esencia, aceptarnos, perdonarnos, valorarnos. Cada persona es única, es importante y es especial. Muchas veces nos olvidamos de esto. Personalmente siempre valoro lo estético pero no lo perfecto, no sería lógico. No debemos confundirnos con los mensajes incesantes que nos transmiten los medios de Comunicación y las Redes Sociales.
En mi caso personal “siempre me cuidé”, que significa esto? Significa que después de tres embarazos traté de mantener un peso adecuado, alimentarme y nutrirme lo más sano posible, hacer actividades físicas, yoga, bicicleta, caminatas, pilates y gimnasia aeróbica. Pero había algo que me molestaba en mi rostro, era mi nariz, y para reforzar esa incomodidad mi familia me lo hacía notar, así es. Y decidí operarme.
Si, me veía bien, físicamente, al menos eso es lo que aparentaba, pero interiormente había algo que no terminaba de acomodarse.
Mi vida transcurría entre el trabajo, la casa con tres niños y un marido y mis clases de yoga u otras actividades, perfecto. Al menos eso es lo que yo creía.
Tuvo que pasarme algo para que me diera cuenta que no era el camino. En realidad el Universo me lo había mostrado en varias oportunidades pero no lo pude ver . Vivir con alguien que no te ama ni te valora es a veces muy difícil de reconocer, sobre todo cuando normalizamos ciertas cosas
En resumen, después de 20 años de matrimonio decidí divorciarme y empecé un camino de reconstrucción personal.
Esto me llevó a profundizar mucho sobre un tema que desde siempre me apasionó y gracias a eso y a mucho “trabajo interno” y externo, no he caído en ninguna depresión todo lo contrario y es el Estudio del Cuerpo y la Mente ( y porque no el Espíritu) como un vehículo hacia el Camino del Rejuvenecimiento o en otras palabras tratar de entender porque Envejecer no debe ser sinónimo de decadencia o enfermedad, sino que si comprendemos porqué y cómo nuestro cuerpo envejece podríamos hasta detener el envejecimiento
Y entre otras cosas comprendí que más que querer entendernos debemos tratar de sentirnos, valorarnos y amarnos. Ya que lo que en verdad envejece es la cobardía y el miedo.
Continuará
Dra Graciela Solís
MN 92798