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Constantemente nos enfrentamos a cambios, sean planeados o no, es la vida misma. Pero quizás esos cambios que son inesperados pueden sacudir nuestra existencia y desequilibrar nuestra estabilidad ya sea emocional, laboral, familiar, económica o de la índole que sea. Desde la pérdida de un trabajo hasta un cambio repentino en nuestra salud o relaciones personales, la incertidumbre y la adversidad pueden golpearnos en cualquier momento. Sin embargo, tener la habilidad de adaptarnos a estas circunstancias imprevistas es fundamental, no solo para nuestro crecimiento personal sino también para poder conservar y fomentar el bienestar emocional.
Cambiamos, evolucionamos, a veces también “frenamos”, pero hoy en día la capacidad de adaptación es más relevante que nunca. Aunque quizás resulte difícil o estresante, es importante aprender a enfrentar los cambios de forma positiva y proactiva, ya que no solo nos permite sobrevivir, sino también prosperar en medio de la adversidad.
Tuve que reinventarme muchas veces a lo largo de mi vida, ya sea en lo laboral, como en lo personal, y con el tiempo pude explorar y desarrollar algunas estrategias que resultaron clave para afrontar los cambios repentinos y (con paciencia) transformarlos en oportunidades de crecimiento y aprendizaje. Te cuento.
La resiliencia es la capacidad de recuperarse frente a la adversidad, adaptarse a los cambios y seguir adelante con renovada fuerza y determinación. Trabajando en nuestra resiliencia podemos sentirnos más cómodos, y eso implica desarrollar una mentalidad positiva, practicar la autocompasión y aprender a ver los obstáculos como oportunidades para crecer y fortalecernos, así como también ser flexible implica estar abiertos a nuevas ideas, enfoques y perspectivas, y ser capaces de ajustar nuestras expectativas y planes según las circunstancias.
En momentos de incertidumbre, nos sentimos abrumados, ya sea por el miedo al futuro o también por estar aferrados al pasado. Sin embargo, centrarnos en el presente nos permite enfocar nuestra energía en lo que podemos controlar en este momento y tomar decisiones más conscientes y efectivas. Ser conscientes de lo que podemos controlar y lo que no es la clave, para bajar nuestra ansiedad y actuar en consecuencia sin sentirnos desesperados.
Mientras tanto, el apoyo de amigos, familiares o profesionales puede ayudarnos a atravesar momentos difíciles y adaptarnos a los cambios de la vida. Teniendo en cuenta que compartir nuestras emociones, buscar orientación o sentirnos conectados con otros, nos puede dar el sostén emocional necesario para superar los desafíos, siempre y cuando sean las personas correctas, y no se alimenten de nuestro relato para hacer “leña del árbol caído”.
Puedo decir, por propia experiencia, que los cambios repentinos de la vida pueden ser desafiantes, pero también nos brindan la oportunidad de crecer, aprender y transformarnos en versiones más fuertes y resistentes de nosotros mismos.
No siempre es fácil o rápido, pero al practicar la resiliencia, la flexibilidad, el enfoque en el presente, etc., podemos enfrentar los cambios repentinos de la vida con una actitud positiva y constructiva, transformando los desafíos en oportunidades de crecimiento y autodescubrimiento. Cuando nos damos cuenta que la vida está llena de altibajos, pero que nuestra capacidad para adaptarnos y aprender de cada experiencia es lo que nos permite avanzar con valentía, podemos sentir alivio y esperanza. La clave para sobrellevar los cambios repentinos de la vida radica en nuestra actitud y en la forma en que elegimos responder a las circunstancias adversas. Mantengamos la fe en nuestra capacidad para adaptarnos, crecer y prosperar. ¡Afrontemos los cambios con coraje, esperanza y una mentalidad de crecimiento constante!
Gaby Colodro
Autora, mentora, coach.
@gabymentorcoach
@historiasdegaby
