La piel del rostro es una de las partes del cuerpo a la cual debemos prestar más atención, debido a que se encuentra expuesta a muchos agentes externos, como los rayos solares, la contaminación, el frío, el calor, y los cambios de temperatura. Es por esto que, existen ciertas pautas a seguir para cuidar la piel de nuestro rostro: lo principal, es tener en cuenta la protección, la limpieza y la hidratación.
El sol es una poderosa fuente de energía y también un aliado clave para la producción de vitamina D. Sin embargo, una exposición prolongada puede tener consecuencias perjudiciales para la salud. La mejor forma de minimizar sus efectos negativos es utilizar un protector solar eficaz. Por tanto, nunca debe de faltar en tu rutina diaria.
Además, limpiar el cutis es indispensable para mantener la correcta higiene de la piel del rostro. Es fundamental realizarlo tanto por la mañana como por la noche y, por lo menos una vez al mes, hacer una limpieza profunda para remover y eliminar células muertas. Al llevar a cabo una limpieza adecuada, la piel se verá más fresca, luminosa y con mayor vitalidad.
Asimismo, una hidratación adecuada ayuda a mantener el equilibrio de agua en la piel, fortaleciendo su barrera natural y otorgándole mayor flexibilidad. Para esto, más allá consumir suficiente agua diariamente, debes incorporar una crema facial tanto de día como de noche.
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