¿Cuál es la diferencia entre desear y decidir?
En términos simples, el deseo es lo que queremos o anhelamos, mientras que decidir implica pasar a la acción, transformar ese deseo en algo concreto. El Licenciado Rodrigo Ríos explica que "decidir no siempre significa éxito, pero sí la capacidad de tomar responsabilidad sobre lo que se desea, sacándolo de la fantasía y llevándolo al plano real". De esta forma, el acto de decidir es un paso importante para avanzar en la vida, aunque no siempre sea fácil.
¿Cómo podemos pasar del deseo a la acción y dejar de vivir en la fantasía de lo que podría ser?
Uno de los principales obstáculos que encontramos en este proceso es la procrastinación. Ríos señala que "la procrastinación no es una debilidad de carácter, sino una forma de manejar emociones difíciles o temores frente a un objetivo". Nos enfrentamos a pensamientos como: “No soy lo suficientemente capaz” o “¿Qué dirán los demás si fracaso?”. Este alivio temporal que genera postergar una decisión se convierte en un círculo vicioso. Sin embargo, con el tiempo, sus efectos negativos como el estrés y la ansiedad pueden perjudicar nuestra salud mental. Según el Licenciado Ríos, "para superar la procrastinación es fundamental indagar en las emociones negativas que nos frenan y comprender qué está detrás de esa paralización".
¿Por qué la mirada de los demás nos afecta tanto cuando tomamos decisiones?
La influencia del otro es una constante en nuestras decisiones. Como seres sociales, nos definimos en parte por cómo los demás nos perciben. Ríos reflexiona sobre esta dinámica: "Desde pequeños, aprendemos a vernos a través de la mirada ajena, y esto puede condicionar nuestra forma de actuar como adultos". La necesidad de reconocimiento, especialmente cuando no lo recibimos en nuestra infancia, puede intensificarse y reflejarse en nuestras decisiones. Sin embargo, el desafío es liberarnos de esta dependencia y aprender a decidir por nosotros mismos. "Es un proceso de ‘desaprendizaje’, de lograr posicionarnos en otro lugar frente a los desafíos. Es un proceso complejo, pero no es imposible", afirma Ríos.
¿Por qué es importante tomar decisiones en nuestra vida diaria?
A menudo nos cuesta salir de la zona de confort, ya que enfrentarse a lo desconocido genera incertidumbre y ansiedad. Sin embargo, según el Licenciado Ríos, "la vida no espera a que nos decidamos. Vivir en la dilación constante puede llevarnos a perder oportunidades valiosas". El miedo al error o al fracaso es común, pero es necesario aceptar que cometer errores es parte del proceso de crecimiento. En la psicoterapia psicoanalítica, el objetivo es ayudar al paciente a "reconocer el deseo auténtico y los impedimentos emocionales que lo impiden alcanzar sus metas", un proceso que solo se puede lograr cuando se articula el deseo a través de la palabra.
¿Qué puede hacer el psicoanálisis para ayudar a las personas a tomar decisiones?
El psicoanálisis, explica Ríos, juega un papel fundamental al "habilitar la posibilidad de que el sujeto pueda reconocer su deseo y enfrentarse a las barreras que lo limitan". A través de técnicas como la asociación libre, los pacientes tienen la oportunidad de expresar lo que está oculto en su inconsciente, los deseos reprimidos y los miedos que los frenan. Este proceso de autoexploración, aunque desafiante, permite que los pacientes tomen decisiones más conscientes y alineadas con su verdadero deseo, lo que en última instancia reduce su sufrimiento.
¿Qué obstáculos suelen encontrarse las personas al tratar de tomar decisiones importantes en su vida?
Según Ríos, muchos de los obstáculos que encontramos tienen que ver con nuestras inseguridades y el miedo al fracaso. "Cuando una persona se enfrenta a un gran desafío, como cambiar de trabajo, mudarse o tomar decisiones de pareja, lo que más tememos es el juicio de los demás". A veces, la parálisis de la acción no está tanto en la falta de recursos o habilidades, sino en el temor a la desaprobación ajena o el miedo a equivocarse. "La mirada del otro siempre es importante, pero es importante recalcar que deberemos intentar poder ir más allá de esa mirada, desprendernos de esa necesidad de ser mirados y emanciparnos del peso que pueda tener para nosotros. En ese caso, también, el cómo fuimos mirados de chicos puede condicionarnos en nuestra vida adulta y llevarnos a cierto condicionamiento a la hora de tomar decisiones", explica el psicólogo.
¿Cuál es el impacto de no tomar decisiones?
Vivir en la indecisión o procrastinación puede tener efectos perjudiciales a largo plazo. "La falta de acción genera una sensación de estancamiento y, con el tiempo, puede desembocar en un mayor sufrimiento emocional, como depresión y ansiedad", señala Ríos. El proceso terapéutico no solo ayuda a identificar los bloqueos, sino también a trabajar en el fortalecimiento de la confianza en uno mismo, lo cual es esencial para avanzar hacia una vida más libre de impedimentos y auténtica.
En resumen, el Licenciado Rodrigo Ríos ofrece una visión clara y accesible sobre cómo las emociones, el miedo y las inseguridades influyen en nuestra capacidad para tomar decisiones. La clave está en reconocer nuestros deseos, entender los bloqueos que nos limitan y, a través del proceso terapéutico, avanzar hacia una vida más consciente y decidida.
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