En los últimos años, un nuevo fenómeno está ganando fuerza en el mundo de la moda ceremonial: adolescentes y futuras esposas están abandonando los clásicos vestidos de princesa para vestirse de negro, bordado, terciopelo y encaje. Inspiradas por el universo gótico, lo victoriano y lo ritual, buscan marcar un momento iniciático con una prenda que represente quiénes son —no lo que se espera de ellas.
“¿Por qué tengo que vestirme de rosa si odio el rosa?”, se preguntan muchas chicas al planear sus 15. “¿Por qué el blanco tiene que representar mi amor si yo me siento más yo en tonos oscuros, intensos, profundos?”
La respuesta no tarda en llegar con propuestas como las de Eclipse by Ritsu, una marca que fusiona astrología, diseño personalizado y un enfoque simbólico del vestir. En sus piezas no hay moldes: hay almas. Cada prenda se construye desde lo emocional, lo corporal y lo estético. El vestido de novia o de 15 se convierte en una pieza de poder, pensada para honrar la transformación y no solo para “verse linda”.
Este cambio no es solo una moda pasajera. Es el reflejo de una generación que ya no quiere encajar en moldes ajenos, sino encarnar su deseo, su historia y su sombra. Y aunque a más de una abuela le cueste aceptarlo, la oscuridad también puede ser un espacio de belleza, fuerza y verdad.
La revolución estética está en marcha.
Y tiene encaje negro, labios bordó y corona de espinas.
Instagram: @ritttsu_ @eclipse.by.ritsu






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