En una nueva entrega del ciclo de entrevistas de Caras TV, Héctor Maugeri conversó con el actor y comediante Agustín ‘Rada’ Aristarán. Durante la entrevista, el artista recordó su infancia y habló sobre su familia, así como de sus primeros pasos en el mundo del espectáculo.
Sus inicios en la magia y el escenario
El artista, conocido como Rada o Soy Rada, tiene 41 años y ha construido una carrera notable como actor, mago y comediante. Nacido en Bahía Blanca, comenzó a los 13 años con sus primeros shows de magia. Su espíritu inquieto lo llevó a conquistar los escenarios de la calle Corrientes y a tener una comunidad de seguidores en redes sociales que roza los 3 millones.
“Soy mago desde que soy muy chico. La primera vez que subí a un escenario fue con una banda tradicional de jazz, tenía siete años y era el presentador”, recordó Rada. Este primer contacto con el escenario fue tan significativo que desde entonces, no se imaginó una vida sin actuar.
Con solo 13 años hizo su primer show de magia, confirmó su vocación y nunca más se bajó del escenario: “No sabía cómo me iba a ir pero no me interesaba, yo me quería dedicar a eso. Se abrió como una puerta mágica, y pensé: ‘Ah, ok, es acá, yo voy a vivir de esto’. De hecho, se los dije a mis viejos”, reveló. Desde entonces, trabajó incansablemente en eventos, llegando a hacer hasta ocho shows en un solo día.
Los valores de su familia
Cuando el conductor de +Caras, Héctor Maugeri, le consultó sobre su familia y el comediante expresó con cariño que “mis viejos eran laburantes, clase media, tirando a un cuarto, siempre digo, pero eran muy campeones”.
A pesar de las dificultades económicas, sus progenitores le brindaron un entorno que hoy, como padre de Bianca, busca replicar. “Me dieron mucho amor y confianza”, agregó.
Agustín Aristarán detrás del personaje
Con humildad, Agustín “Rada” Aristarán reconoció que no siempre fue la persona extrovertida que se ve en escena. “Era medio vergonzoso; no sé si soy tímido, pero tampoco soy lo que la gente cree en la vida real”, confesó. Para él “somos nuestra infancia”, una etapa que lo definió y le brindó la seguridad necesaria para vivir de su gran pasión: el espectáculo.
MDP