Angela Levia fue la gran revelación del 2020, y eso lo dejó plasmado en su participación en el "Cantando 2020". Pero hoy es noticia por el radical cambio de imagen en su cabello morocho.
De vacaciones y con algunas presentaciones en Mar del Plata, la cantante mostró su nueva cabellera. ¿De que se trata? Ángela se sumó a las tendencias de los mechones platinados en el contorno de la cara y algunos destellos de luz en el resto de su cabello que contó con el asesoramiento y la realización del estilista Pablo Verxelitaki.
En bikini, ella lució feliz su nuevo aspecto y celebra esta nueva etapa en su vida.
Angela Leiva : "La música me salvó la vida"
Dueña de una voz que se nutre de su encanto, Angela Leiva (31) o “La Reina” como la llaman sus fans, canta desde que tiene uso de razón. En plena adolescencia, ganó el concurso “Pasión Canta” que transmitía “Radio Pasión”, gracias a la gente que votaba por mensaje de texto. A partir de ahí, su carrera fue en ascenso. Dice que su vida cambió en un doscientos por ciento y empezó a vivir de lo que le gustaba.
En su casa rodeada de mucho verde, recibió a CARAS para hablar de su vida, su participación en el Cantando 2020 y la difícil etapa que atravesó por ser víctima de violencia de género de parte de un hombre que fue su pareja y representante.
Este año lanzó su séptimo disco titulado, “La Reina”, y para ella fue algo muy especial. “Marcó una etapa muy linda de mi carrera. ‘La Reina’ es un apodo que creo mi público. Lo acepté y lo corono poniéndole ese nombre a mi disco, que tiene entre otros temas ‘Lo Que me Hizo Usted’, una canción ‘al hueso’”, dice Angela, quien tenía prevista una gira por Estados Unidos y una agenda de shows completa hasta fin de año pero todo se suspendió por la pandemia.
“La música me salvó de la oscuridad. Me enamoré de un hombre que me representaba. Era 14 años mayor que yo y estuvimos juntos 8 años. Confiaba mucho en él y pasamos de una relación de trabajo a ser pareja. Fue muy lindo al comienzo hasta que las cosas se pusieron grises y se empezó a pudrir todo. Mi vulnerabilidad me paralizaba. A la noche cuando me iba a acostar, lloraba en silencio. Viví una pesadilla hasta que logré separarme. Y ahí empezó la violencia psicológica, laboral, económica. Tiene una perimetral y no puede acercarse a menos de 300 metros de donde yo estoy. Siento que entregué mi vida y mi carrera y me pagó muy mal. Era una mala persona. En un tiempo él era Dios para mí, hacía todo bien, lo idolatraba. Tuve que hacer un trabajo interno muy intenso. Llegué a mirarme al espejo y decirme a mi misma: yo lo permití, tendré que resolver porqué lo dejé entrar a mi vida, porqué dejé que las cosas fueran pasando de claro a oscuro. El me decía que yo sin él no era nada, que mi carrera se terminaría, se ‘iría a pique’ cuando nos separáramos. Lo que para mí era un sueño para él era un rédito económico.", dijo Leiva.