miércoles 24 de abril del 2024
ESPECTáCULOS 22-02-2020 06:44

Débora Plager mostró sus increíbles curvas a los 50 años, en las Islas Maldivas

La conductora y periodista celebró sus 10 años de matrimonio con su marido, José Luis Pagano y, ¿se prepara para bailar por un sueño? Galería de fotosGalería de fotos

Una década de amor y un nuevo cumpleaños fueron las excusas perfectas para un viaje sorpresa que la llevó a cruzar el mundo en busca del paraíso. Lo que parecía un sueño lejano se convirtió en realidad cuando su marido, José Luis Rodríguez Pagano (50), le confirmó a Débora Plager (50) que la fantasía de conocer las Islas Maldivas se haría realidad. Once horas para conectar Buenos Aires con Madrid; volar al día siguientes seis horas hasta Doha, Qatar, y luego conectar con otro avión hasta Male, Maldivas, para, ahora sí, tocar el cielo con las manos. Es cierto, una imagen vale más que mil palabras, pero tratándose de Plager, bien vale la pena conversar con ella acerca de esta experiencia.    

En exclusiva para CARAS, la conductora y periodista reflexiona sobre la mujer que se destacó a base de esfuerzo y talento, su “destape” y la proclama de que mostrar el cuerpo y pensar, finalmente sean una etapa superadora del feminismo. Por último, no le esquiva a la inesperada propuesta que recibió para ser parte del “Bailando 2020”.

-¿Cómo surgió la idea de viajar a las Islas Maldivas?

—Me encontré un dia con fotos de un lugar que me pareció el paraíso en la tierra. Busque dónde era y resultó ser Maldivas. 

¿Conocía el destino?

—No conocía las islas. Miré el mapa y descubrí que para llegar debía cruzar el mundo. Están situadas en el océano Índico, al sur de La India. Son 1.190 islas distribuidas en estructuras de coral separadas por lagunas. Se lo comenté a José Luis y lejos de decirme que era una locura, se puso a trabajar en el proyecto sin darme muchos detalles. Sería la sorpresa por mi cumpleaños, el sueño cumplido.

¿Qué le impactó del lugar?

—Las Maldivas superaron todas mis expectativas. El contacto con la naturaleza, el clima, la temperatura del mar, todo es perfecto. 

Sumergirme en las aguas cristalinas para observar la enorme diversidad de especies marinas o nadar con tiburones, fueron experiencias inolvidables. Ni hablar de volar en hidroavión para llegar a una de las islas. José Luis se ocupó de que todo saliera maravilloso.

¿Fue momento de hacer balances a nivel personal y laboral?

—No me gustan los balances. Trato de no mirar demasiado hacia atrás. Prefiero enfocarme en el presente e ir para adelante. No obstante no puedo dejar de decir que en relación con mis afectos, mis hijos, mi pareja, mis padres, el balance es excelente. Además tener continuidad laboral desde hace tantos años y reconocimiento es para agradecer.

¿Cómo definiría este momento de su vida?

—La verdad es que estoy llena de proyectos y propuestas profesionales. Es sin duda un buen momento.

¿Se siente plena?

—En cuanto a la plenitud, no la puedo asociar con lo laboral. Si puedo hacerlo respecto de mi rol como madre. Mis mellizos de 18 años, Tomás y Maximiliano Burlet, son mi orgullo, mi mayor logro y ellos me hacen sentir plena.

¿Cuántos años de pareja lleva y cómo vive el amor en esta etapa?

—Con José Luis estamos juntos desde hace 10 años. Fueron los mejores años de mi vida. El amor nos encontró con la madurez suficiente para saber lo que queríamos. Que sin duda era compartir la vida, la pasión, los viajes, la profesión. Somos realmente afortunados...Nos amamos.

¿Qué aspiraciones tiene en términos profesionales?

—Después de tantos años en los Medios, podría decirte que una de mis aspiraciones está cumplida que es el respeto y el reconocimiento por mi trabajo. Tanto del público como de mis colegas. Trabajé mucho para eso. También tuve la fortuna de haber sido premiada por mi labor periodística en varias oportunidades. Eso es muy reconfortante, pero es el producto del estudio y del esfuerzo.

Trascendió que la invitaron al “Bailando”, ¿la seduce la propuesta?

—Unas horas antes de viajar  recibí el llamado de “Chato” Prada. Tomamos un café con el “Chato” y con Fede Hoppe. Me trataron muy bien, me plantearon la posibilidad y les pedí pensarlo para volver a reunirnos después de mis vacaciones. Lo estoy analizando, aún no esta decidido.

¿Tiene alguna experiencia en baile?

—Para mi que no vengo del mundo del espectáculo es un impacto fuerte. En un punto, es un desafío. Es hacer el camino inverso. Muchos años dediqué a lograr mi desarrollo profesional, intelectual, escondiendo un poco mi cuerpo por el prejuicio ajeno. Poder conjugar ambas cosas sería romper con ese preconcepto absurdo, perimido. Mostrar el cuerpo y pensar debería ser una etapa superadora del feminismo, el posfeminismo.

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