Intelectual, discreta y solidaria: así es Alejandra de Luxemburgo

Alejandra de Luxemburgo, lejos de los excesos o el protagonismo mediático, ha construido su identidad dentro de la realeza con un perfil muy propio: es culta, reservada y profundamente comprometida con las causas sociales. Políglota, formada en filosofía, relaciones internacionales y estudios interreligiosos, ha sabido cultivar una trayectoria marcada por el pensamiento crítico y la vocación de servicio.

Además, la royal se casó en la primavera de 2023 con el francés Nicolas Bagory, culminando así una historia de amor vivida con total discreción. A sus 31 años, la hija del Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo dio el “sí” en su país natal, en una celebración íntima pero cargada de simbolismo, que reflejó su estilo sobrio y elegante.

Alejandra de Luxemburgo: una vida discreta y solidaria

Nacida el 16 de febrero de 1991, Alejandra es la cuarta hija de los grandes duques de Luxemburgo y ocupa el sexto puesto en la línea de sucesión al trono. Estudió Psicología y Ciencias Sociales en Estados Unidos, Filosofía en París y obtuvo una maestría en Estudios Interreligiosos en el Trinity College de Dublín, con especialización en resolución de conflictos. Esa sensibilidad por los temas globales la llevó a trabajar como periodista en Oriente Medio y a desempeñarse como becaria en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Más allá de sus logros académicos y profesionales, la princesa colabora como voluntaria en asociaciones que apoyan a personas refugiadas, y mantiene una vida marcada por la empatía y el diálogo intercultural. Domina el luxemburgués, francés, inglés y español, y tiene conocimientos de alemán e italiano.

Su esposo, Nicolas Bagory, nacido en Bretaña en 1988, también cuenta con una sólida formación intelectual: estudió Estudios Clásicos y Ciencias Políticas en Francia, e hizo un máster en la Sorbona. Actualmente, se dedica a la creación de proyectos sociales y culturales, una vocación que comparte con Alejandra.

La princesa Alejandra de Luxemburgo representa una nueva generación de royals europeos que elige el compromiso social por encima del protocolo. Su vida, discreta pero activa, la posiciona como una figura inspiradora para nuevas generaciones.

F.A