Si bien están separados de hecho, Carolina de Mónaco y Ernesto de Hannover, aún siguen siendo marido y mujer para la ley. El príncipe, quien vive en Austria, no encuentra la paz en su vida. Ni siquiera el nacimiento de sus nietos, los mellizos de su hijo Christian, lograron que se pueda calmar. Ernest fue protagonista de un gran escándalo el que comenzó con una serie de episodios dignos de un largometraje.
Ayer a la madrugada, los servicios de emergencia de Grünau im Almtal, recibieron el llamado desesperado de un hombre que decía que lo querían asesinar. Cuando la policía llegó al lugar, se encontró con una pareja que se sorprendió por la presencia de los efectivos, dado que no sabían nada de la llamada. Inmediatamente buscaron al príncipe quien se encontraba en el pabellón de caza que tiene en su finca.
"Skandalprinz" Ernst August von Hannover will in seinem Jagdhaus in Oberösterreich von Polizisten geschlagen worden sein. Das behauptet der 66-Jährige im „Krone“-Interview und zeigt seine Verletzungen.https://t.co/RBP5qvEluI pic.twitter.com/CqhngMTTzR
— Kronen Zeitung (@krone_at) July 16, 2020
Agresivo y descontrolado, Hannover echó a la pareja y dijo que no le querían dar la medicación. Tras eso, atacó a uno de los agentes quien finalmente pudo reducir a Ernest con una patada que lo dejó en el suelo.
Pero el escándalo continuó cuando el marido de Carolina sacó un cuchillo con el que intentó atacar al policía. A pesar de la resistencia, pudieron nuevamente reducirlo e inmediatamente se lo trasladó a un centro neuropsioquiátrico donde tras una breve internación hasta lograr estabilizarlo, fue dado de alta. En el nosocomio dio su versión de los hechos y dijo que llamó a la policía porque atravesaba un cuadro de hipoglucemia agregando además que los agentes le bajaron los pantalones y lo golpearon.
Ahora se está evaluando la posibilidad de quitarle su permiso de armas dado que su estado mental representa un verdadero peligro.
Esta no es la primera vez que el príncipe enfrenta situaciones escandalosas: En 1998 le pegó a un camarógrafo con su paraguas. También fue condenado a 8 meses de prisión y al pago de una importante multa, por patear a un fotógrafo. Otro escándalo recorrió el mundo con las imágenes de Hannover orinando en la exposición de Hannover en el año 2000 y en el ámbito privado, los desencuentros con sus hijos llenaron las portadas de los diarios hasta el último episodio en el que les sacó el control de sus propiedades, tema que actualmente se está tratando en los tribunales.
Desmejorado, enfermo y solo, Ernest ha sido la vergüenza del principado de Mónaco desde su compromiso con Carolina.