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Era una noche más del insoportable verano europeo con temperaturas que superan los 40 grados y por eso las royals sintieron que era la ocasión ideal para pasear por la tradicional rambla de la bella Palma de Mallorca, y volver a mostrarse unidas y sonrientes como no lo hacían desde 2019 cuando una fuerte discusión las distanció. Y, según algunas versiones, como el propio rey Felipe VI (54) les habría aconsejado aprovechando su ausencia (ya que se encontraba en Colombia).
Allí, donde la Familia Real de España pasa tradicionalmente sus vacaciones, la reina Letizia (49), su suegra, la reina emérita Sofía (83), la princesa Leonor (16) y la infanta Sofía (15) dejaron el palacio de Miravent por unas horas para caminar por el Paseo Marítimo, recorrer los clásicos puestos de artesanía –donde se interesaron por la bijou y los jabones orgánicos– y relajarse a comer en el restó Beatnik del hotel Puro, un palacio del siglo XVIII en el barrio antiguo de La Lonja. “Una noche de chicas…”, se le escuchó bromear a las cuatro royals que sonrieron y hasta se tomaron de las manos, tal como las mostró guacamouly.com.
Sofía lució un vestido corto blanco y azul de Zara y Leonor uno estampado de la misma firma, y ambas completaron sus looks con alpargatas de taco bajo. Pero todas las miradas se las llevó la reina.
Letizia eligió, al igual que sus hijas, un vestido muy corto de Zara, estampado en blanco y rosa, de 29.95 euros, que llevó con el mismo calzado que sus herederas y completó con un sobre de Feel Mallorca.
Lejos del estricto protocolo mostró sus torneadas y bronceadas piernas, detalle fashion que le valió las críticas de los españoles. Quienes enojados dijeron que una reina no debe mostrar tanto y que ese papel se lo debería dejar a sus hijas adolescentes y no “competir” con ellas.
