El Príncipe Harry y Meghan Markle armaron sus valijas y emprendieron vuelo a Canadá para celebrar las fiestas. Allí fueron bien recibidos por todo el mundo, salvo por un chef: Pierre Koffel, dueño del prestigioso Deep Cove Chalet, quien le prohibió la entrada porque quiso pasar una velada en calma.
“Hay que dejarlos tener paz y tranquilidad. Ya somos lo suficientemente afortunados de tenerlos en el área ¿Quién puede decir que tiene esa suerte? Les deseo toda la privacidad que puedan obtener, porque la merecen", dijo Bev Koffel, "vocera" y esposa del chef en un polémico comunicado de prensa.
Este viaje se dio en medio de muchos rumores de un enfrentamiento con la Reina Isabel II, quien los dejó afuera del saludo navideño que hace todos los años.

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