sábado 20 de abril del 2024
ACTUALIDAD 29-07-2015 14:31

Lali Esposito y el exito teatral "Esperanza mia"

"Soy una piba libre, atrevida y muy lanzada" Galería de fotosGalería de fotos

Un gran silencio reina en el salón Art Decó del primer subsuelo del Teatro Opera Allianz. Allí tampoco hay luces. Todo está en penumbras. Hasta que se abren las puertas y un torbellino de un metro cincuenta y cuatro, vivaces ojos, dientes perfectos y derroche de simpatía, invade el lugar iluminando todo y llenando el espacio de alegría y fuertes melodías que acompaña con improvisados pasos de baile. Así es Lali Espósito (23). Una explosión de sensaciones. Una bocanada de aire puro. Naturalmente provocadora. No puede pasar inadvertida a pesar de autodefinirse como un “gnomo” por su baja estatura. Pero si hay una característica que define a la actriz y cantante, es su gigante y permanente sonrisa. Su vida cambió rotunda y repentinamente. Desde que este año comenzó con las grabaciones de la tira “Esperanza Mía” para El Trece, todo se dio vuelta en su vida. Junto a Mariano Martinez (36) y una veintena de importantísimas actrices y actores superaron los 16 puntos de rating y el responsable de Pol-ka, Adrián Suar, les propuso llevar el éxito al teatro. Y lo que comenzó como sólo unas pocas funciones, ya superó ampliamente todas las expectativas con dos representaciones diarias. Entonces la repercusión, que incluso llegó a sumar quinientos mil seguidores en Facebook y un millón de visitas al mes en los contenidos posteados, más otros ciento siete mil seguidores en Twitter y unos trescientos mil en Instagram, los convirtió en el nuevo fenómeno teens.

El “torbellino” llamado Lali no se intimida ante nada. A pesar de su figura menuda, muy bien proporcionada, lejos está de verse frágil. Muy graciosa asegura que, tranquilamente, puede ser la heroína de una aggiornada historia de amor de este siglo por su inmensa fortaleza. Sus palabras salen a borbotones de su boca pero lejos de parecer que no va a pensar lo que dice; cada frase suena madura, elaborada; hasta quizás ya muy experimentada.

“Lo que estoy viviendo hoy, superó todas las expectativas. Si hace un tiempo me lo preguntaban, yo jamás pensé que iba a conquistar a los niños... Y este fenómeno que se está dando con la novela es muy raro, porque el programa va a las nueve de la noche, aunque es una historia de amor muy blanca... O, todo muy rosa pero para un chico puede ser fuerte. Sin embargo mueren por Esperanza y creo que a la hora de la conquista, la música tuvo mucho que ver. Además, unió a todas las generaciones; porque los padres me dicen que después de mucho tiempo pudieron volver a sentarse frente a la tele con sus hijos para ver un programa. Y eso es un halago para mí”, cuenta Lali al tiempo que juega con sus manos.

Inquieta, vivaz, busca una mejor posición para continuar la charla y cruza sus piernas al estilo Buda para volver a tomar la palabra.

“Me encantó esta propuesta apenas me la hizo Adrián (Suar) porque me daba la posibilidad de hacer un personaje tan zarpado... ¡Ojo! Claro que me gustó desde el lado de que no es una monja, una verdadera novicia. Sino que se trata de una chica que se disfraza para que no la encuentren. Porque ya me parecía demasiado heavy meterme con algo como podía ser la Iglesia. ¡Qué atrevida la piba! ¿No? —repite como hablando de otra persona—. ¡Con esta geta ponerse un hábito! Creo que este personaje me sacó afuera el lado bizarro, el de la comedia, que es el que a mí más me gusta. Y también pienso que si se hubiera tratado de interpretar a una monja de verdad hubiera sido otra la historia. Pero al ser un disfraz para el personaje me pareció muy divertido para jugar. Y ahí me sale mi parte payasa”, cuenta la actriz. Y su relato siempre es animado. A cada palabra le imprime un énfasis especial. Se reconoce muy observadora y eso le sirvió a la hora de personificar no sólo a su novicia, sino también de darles un toquecito al resto de las “hermanitas” del convento.

“Yo fui a colegio de monjas, en mi secundario y hoy, en Esperanza, están todas ellas representadas. Porque fue muy gracioso cuando hablé con los autores y ellos veían el mundo de las monjas como todo muy perfectito. Y, en la historia, están la buena, la más mala, la tímida, la que tiene un pasado que esconder... Por eso creo que gustó tanto la historia del mundo del convento. Encima, estoy con tremendas actrices que la tienen re clara y me ayudan muchísimo porque es mi primer protagónico”, asegura Lali con un dejo de modestia.

Entrar a su camarín es ingresar a su mundo más privado. Espejos, luces y cómodos sillones que invitan a tirarse entre almohadones. Algunas cremas, muchos maquillajes, pulseras, anillos, cadenas con cruces y vírgenes... Y dos infaltables en cualquier lugar que ella se instale: una gran caja con chocolates (su debilidad) y un portarretratos con la foto de su admirada Frida Kahlo.

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