Está ilusionada y feliz. A los 34, Estefanía Pasquini espera su primer hijo y tiene la sensibilidad a flor de piel. Habla de su embarazo de tres meses y sus ojos claros se llenan de lágrimas. Todo la emociona. Hace poco más de un año se casó con el doctor Alberto Cormillot (82) y a pesar de que él le lleva 48 años, ella siente que es el gran amor de su vida y asegura que es inmensamente feliz junto a él.
“Los dos hablamos mucho sobre la posibilidad de tener un hijo. Y lo buscamos. Y la noticia del embarazo nos hizo muy feliz. Recuerdo que estaba en la clínica cuando me llegó el resultado del análisis sub unidad Beta, me desilusioné porque yo había leído sólo una parte de los números y creí era negativo. Yse lo llevé a Alberto a su consultorio y cuando lo leyó, se le llenaron los ojos de lágrimas y nos abrazamos. ‘Es positivo’ me dijo pero decidimos guardar el secreto hasta llegar a los 3 meses aunque yo se lo quería contar a todo el mundo. Es una felicidad inexplicable”, cuenta Estefanía en su casa de Vicente López, en medio del parque con 27 clásicos enanos de jardín que atesora el médico nutricionista.
Sin dudas, la maternidad la embelleció y los ojos que parecen más transparentes se cubren a cada rato con lágrimas de emoción. “Me siento muy feliz y rara a la vez. No me entra en la cabeza que esté creciendo un bebé dentro mío. También tengo miedos. Hasta el momento me hice como seis ecografías, y me haría una por semana para saber que todo está bien, pero estoy entendiendo que así no es la cosa y que al embarazo no lo podés controlar todos los días. Estoy muy sensible, todo me emociona muchísimo, me regalan cosas para el bebé y lloro, me hago una eco y lloro, veo el noticiero y lloro, si alguna de nuestras mascotas se porta mal, no puedo retarlas porque me hace mal. Estoy sensible a ese nivel....”, cuenta mientras el equipo de producción de CARAS la peina y la maquilla coordinados por la productora Sol Miranda y Federico de Bartolo registra cada imagen con su cámara.
Los amigos de Estefanía Pasquini son incondicionales. Se definen como “tíos postizos” del bebé en camino, ya que Estefi es hija única. Tiene amigos desde su paso por el jardín de infantes con los que compartió la vida, también están muy cerca los de la facultad, los de los trabajos anteriores y del actual. A través de Alberto, conoció muchas personas con las que estrechó fuertes lazos de amistad. “Mantengo un vínculo muy lindo, nos hablamos por teléfono, nos juntamos, porque una cosa es ser amigos y otra es que haya buena onda, yo a toda esta gente la puedo llamar amigos, porque vivimos muchas cosas juntos, compartimos dolores y felicidades, son amigos reales”, cuenta mientras observa los amplios espacios de su casa donde pasó con su marido la extensa cuarentena por el coronavirus.
Estefi, como la llama su marido, se lleva muy bien con los hijos de Alberto, Renée de 55 quien será la madrina del bebé y Adrián de 45, quien le dio tres nietas a Cormillot: las gemelas Abril y Zoe de 21 y Ema, de 10. “Con toda la familia, tengo buena relación. Con las gemelas Abril y Zoe nos llevamos genial pero con Ema es diferente por una cuestión de edad. Es la menor y le gusta venir a dormir con nosotros y mirar series que sólo vemos los tres juntos. Las gemelas son adolescentes y ya no vienen a dormir con nosotros ni a jugar....pero también es una relación muy linda”, continúa Estefanía.
Con respecto al parto, la futura mamá dice que no tiene miedos aunque es consciente de que aún tiene 6 meses por delante y no sabe que sentirá cuando se acerque la fecha. Y en eso, además de su marido, tiene mucho que ver su obstetra María Laura Blanco, porque se siente muy acompañada por ella. “María Laura está siempre presente, me explica todo, tiene muchísima paciencia y me siento muy contenida por ella, creo que es lo más necesario para sentirse a gusto con un profesional”, continúa la nutricionista.
“No compre ropa aún, porque quiero saber certeramente el sexo, aunque nos dijeron que hay un 80 por ciento de probabilidades que sea varón."
Como mamá primeriza, Estefanía Pasquini sueña con armarle el cuarto al bebé, pero quiere ir paso a paso. “No compre ropa aún, porque quiero saber certeramente el sexo, aunque nos dijeron que hay un 80 por ciento de probabilidades que sea varón. El estudio de sangre será más certero. Igual me regalaron bastante, el cuarto sí es algo que me interesa mucho y busco ideas. Eso me gusta hacerlo con mi mamá María porque ya quiere comprarle todo, entonces la voy orientando en lo que me hace falta. Mi papá Daniel también está chocho. Será el primer nieto de su única hija. Me gustaría la cuna con capitoné, que haya imágenes infantiles en la pared, sí o sí quiero poner un dibujo para poder ir midiendolo a medida que crezca.... Se me complica un poco con algunas cosas, porque no sé si son para bebés recién nacidos o más grandes, le quiero poner de todo a esa habitación”, dice sonriendo.
"Siempre fui creyente, pero ahora creció más mi fe. No fue rápido el proceso de quedar embarazada. Y cuando deseás mucho algo, te agarras de todo...Recé y tuve mi primer atraso. Desde ahí todos los sábados y los días 15 voy a la iglesia a agradecer."
Cuando se le pregunta si es creyente, la respuesta es inmediata: “Siempre fui creyente, pero ahora creció más mi fe. No fue rápido el proceso de quedar embarazada (sé que para muchas mujeres no lo es) había ido hace un tiempo a San Ramón y pedí por este bebé, y luego una mujer me escribió por Instagram... sin tener la menor idea de si yo quería o no tener un bebé y me dijo: 'Anda a Devoto a la virgen de la Dulce Espera'. Y cuando deseás mucho algo, te agarras de todo... Y fui, ese mes que me tenía que indisponer, fue la primera vez que tuve un atraso, entonces yo creo y confío mucho y desde ahí todos los sábados y los días 15 voy a la iglesia a agradecer. Sé muchísimas historias de esta virgen, y también me hace tener paz y confianza que a mi bebé lo están cuidando”, dice conmovida mientras Cormillot la mira con ternura. No quiere fotos porque prefiere que la protagonista sea sólo ella.
Si bien los dos primeros meses tuvo más antojos y pedía comida por delivery, Estefanía ya está más tranquila y volvió a los alimentos sanos: “Tuve necesidad de comer mucho y sobretodo cosas que jamás me habían tentado, como mortadela, pastafrola, torta de ricota, remolacha que no podía parar de comerla. Siempre se espera que el aumento de peso sea a partir del tercer mes, pero yo arranque desde el día uno, ahora ya está todo normal, nada de antojos y cantidades moderadas” , asegura.
Mientras posa, intercambia miradas y gestos de cariño con su marido. El bebé en camino es un regalo de la vida y Estefi define así la presencia de Cormillot en su vida. “Cuando entré a la clínica empecé a admirarlo y a respetarlo como persona, por la cabeza increíble que tiene, por su bondad, porque es un hombre genuino. Y un día descubrí que mis sentimientos iban más allá de la admiración, me estaba enamorando y cuando se lo contaba a mis amigos me preguntaban si era de Adrián, el hijo, y yo les decía “me enamoré del padre”. Y la relación de pareja se dio naturalmente. Fuimos a bailar tango y nos divertimos un montón, a pesar de que lo de él es el tap. Esa primera vez no parábamos de hablar y hasta hoy hacemos lo mismo. Todo lo conversamos y lo hacemos de a dos. Y este hijo es una bendición. Y no pienso en la edad de Alberto o en cuánto lo va a poder disfrutar. Eso ya fue hablado y sólo quiero vivir cada momento de esta etapa junto a él. Muy juntitos, contándole cada cosa aunque no sea tan importante y él sonriendo, mirándome con esos ojos hermosos y transmitiéndome tranquilidad con su sabiduría”, confiesa.
"Cuando entré a la clínica empecé a admirarlo y a respetarlo como persona, por la cabeza increíble que tiene, por su bondad, porque es un hombre genuino"
Respecto a cómo se imagina a su hijo y lo que sueña para él, la futura mamá es concreta: “ Siempre le digo a Alberto que me gustaría que sea 90% Cormillot y 10% Pasquini. Fantaseo con su color de ojos, con el tipo de pelo... Si tendrá rulitos... El era puro rulos de más joven...Ojalá tenga los ojos de él. Pero sobre todas las cosas quiero que sea como persona como es él, siempre digo, no conocí a nadie más bueno... Pero supongo que su forma de ser va a tener mucho que ver con la crianza que le demos...y lo que más queremos es que sea feliz”, concluye.