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ACTUALIDAD 21-06-2020 20:50

Versalles: todo lujo y glamour

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Reinauguración del Palacio de Versalles
Reinauguración del Palacio de Versalles | afp

Cerca de 8 millones de personas (el ochenta por ciento extranjeros), algo así como 500 visitantes por hora, o 4.500 por día, recorrían sus interminables jardines y se maravillaban con la opulencia de sus salones con paredes y techos ornamentados y cargados de lujo e invalorables obras de arte. Todos llegaban al Palacio de Versalles, a una hora de Paris, para ver cómo era el complejo arquitectónico más importante de Europa. Una imponente construcción que comenzó en 1623 (que funciona desde 1682 y que fue inaugurado en 1837) y que cubrió una superficie de 67.000 m2., de estilo barroco clasicista francés, que fue declarado

Monumento Histórico de Francia y en 1979 Patrimonio de la Humanidad. Recorrer alguno de los tres palacios que lo conforman y que encierran más de 60 mil obras de arte, sus majestuosos jardines y su interminable parque, implicaba un fantástico viaje a las cortes de Luis XIV, Luis XV y Luis XVI,  a las interminables fiestas de sus cortesanos, al lujo sin límites y a la magia de siglos de historia.

Sin embargo, el 13 de marzo la pandemia mundial del COVID 19 llevó a que los símbolos franceses más fuertes de su historia, cerraran sus puertas. Al igual que la Torre Eiffel y el Museo del Louvre, Versalles apagó sus luces y puso llaves en sus dorados portales. Los franceses dijeron que un “pedazo” de ellos se oscurecía. Basta recordar que más de 68 empresas trabajan en todos los campos para que el Palacio esté abierto, y un 87 por ciento de éste se autofinancia (el 70 por ciento sólo gracias a la entrada).

Pero, igualmente, como contó la presidenta de la institución, Catherine Pégard, la conservación de Versalles es costosa y depende del turismo, de algunos donativos y de la subvención del Estado para su mantenimiento. Ya que desde 1995 está administrado por el establecimiento público del Museo y del dominio nacional.

“Un modelo económico se ha derrumbado y sólo se podrá levantar gradualmente y diversificando aún más la oferta a los visitantes… Hemos preparado todo con cuidado para garantizar la seguridad de los visitantes que deberán cumplir con todas las normas, como llevar tapabocas los mayores de 11 años y mantener la distancia. Las visitas se realizarán con previa cita on line. Grupos reducidos contarán con un guía que los llevará por los Pequeños Aposentos del rey y de la reina, la Galería de los Espejos y el Pequeño  Trianón. Mientras el Gran Trianón y los jardines tendrán vía libre”
, expresó Pégard cuando después de dos meses y medio pudo, finalmente, reabrir sus puertas, por ahora sólo para los franceses.

Las inmensas cerraduras volvieron a crujir y los salones encendieron miles de luces para “despertar” las obras de arte que allí descansaron de tantas curiosas miradas durante la cuarentena por el coronavirus. La pandemia afectó a las 900 personas que trabajan diariamente allí, 400 de las cuales sólo están destinadas a la vigilancia de los tres palacios: Versalles, Gran Trianón y Pequeño Trianón, además de la infinidad de edificios, como las caballerizas, el hotel de los pequeños placeres, la sala de Juego de la Palma, el Gran Común… Ya que el palacio de Versalles cuenta con más de 6 mil pinturas y 3 mil esculturas en salas que superan los 120 metros de largo. Tiene 2300 habitaciones, 2.513 ventanas, 352 chimeneas, 67 escaleras, 483 espejos (repartidos en la “Gran Galería”, el “Salón de la Guerra” y el “Salón de la Paz”), y 13 chimeneas. De la superficie total de 67.121 m², 50.000 están abiertos al público.

El parque abarca 800 hectáreas, 300 de las cuales están cubiertas por bosque y dos por jardines franceses. También tiene 20 kilómetros de caminos custodiados por más de 200.000 árboles, 20 km² de vallas y 42 km² de paseos con 372 estatuas. Entre los 55 estanques y fuentes, los más grandes son el Gran Canal y el estanque de los Suizos, de 180.000 m², con 35 km² de canalización. Más de 800 hectáreas están cubiertas por los jardines que diseñó el paisajista André Le Nótre y que hoy cuidan 60 jardineros estables que llegan a doscientos en época de siembra y en este reacondicionamiento. 

   “Durante estos tres meses hemos trabajado en la reapertura. Al principio había un lado irreal en cerrar las puertas sin saber cuándo se iba a poder reabrir. Fue algo inédito en su historia, exceptuando la guerra de 1939. Pero nuestra misión es devolverle a Versalles su antiguo esplendor. Por eso durante los 82 días de cierre, equipos de jardineros, arquitectos y conservacionistas, trabajaron y aún trabajan para que todo luzca en su mayor esplendor”, aseguró Catherine Pégard sin poder ocultar la emoción de volver a abrir las puertas de uno de los mayores emblemas de Francia, cuyo valor histórico y económico es imposible de calcular y cuyo Passport básico sigue ofreciéndose a 20 euros.

 

 

 

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