Laurita Fernández: “Me equivoqué, me la banqué… pero también me adjudicaron muchas mentiras”
Laurita Fernández reveló en +CARAS cómo atravesó rumores, presiones y mentiras, y contó por qué hoy prioriza su paz.
En diálogo con Héctor Maugeri para +CARAS, Laurita Fernández compartió uno de los costados menos luminosos de su recorrido profesional. “He llorado mucho porque sentía que no me daban ese lugar, porque ponían en el otro el valor y en mí no”, recordó, dejando al descubierto el peso emocional que supo cargar en silencio. Admitió que nunca tuvo las herramientas, ni las ganas, de entrar en confrontaciones públicas, porque sabía que responder sólo alimentaba la rueda mediática. “Contestar implicaba que la bola siguiera y no se terminara más”, explicó con honestidad. Fue un aprendizaje doloroso, pero también transformador.
En aquellos momentos, alrededor de Laurita circulaban múltiples voces que opinaban sobre cada paso. Consejos contradictorios como “no contestes”, “contestá y defendete” o “elegí qué batalla batallás” se mezclaban entre sí y solo sumaban confusión. Ella misma admitió que nadie está preparado para manejar ese nivel de presión mediática. “Eran millones de consejos”, recordó con sinceridad. Con el tiempo, aprendió a escucharse más a sí misma que al ruido ajeno.
Laurita Fernández en +CARAS
Laurita Fernández y el costo de la exposición: “Aprendí a convivir con lo que dicen”
En ese camino, Laurita Fernández aprendió a proteger lo más íntimo: su vida personal y su tranquilidad. El primer paso fue llegar a casa y poder desconectar, aunque afuera el mundo opinara sin freno. “A llegar a casa y poder estar tranquila de la cabeza, y sacarme esos líos. A cuidar la energía”, contó. Fue una construcción lenta y consciente. Cada límite que puso fue una forma de volver a sí misma.
Con la misma transparencia, Laurita no esquivó sus errores. “A veces me equivoqué y me tuve que bancar que hablen”, dijo sin victimizarse. Reconoció que hubo momentos difíciles, en los que la crítica era justa y debía hacerse cargo. Pero también existieron otras situaciones profundamente injustas. “Muchas veces me adjudicaban cosas que nada que ver, y eran mentiras, y también lo tuve que bancar”, dijo con una mezcla de resignación y serenidad. Nunca odió al medio: aprendió a convivir con sus luces y sus sombras.
Laurita Fernández
Cómo se fortaleció Laurita Fernández: “Todo termina acomodándose”
A lo largo de la entrevista, Laurita reflexionó sobre la madurez que encontró en los últimos años. Dijo que hoy ya no pelea cada versión ni se engancha en aclaraciones eternas. Prefiere observar, esperar y confiar en que la verdad siempre encuentra su forma de salir a la luz. “Aprendo a convivir con eso”, afirmó en +CARAS, segura de su nueva calma interna. Y recordó una frase de su papá que la guía en cada decisión: “Las decisiones son como la cerveza: nunca se toman en caliente”.
Esa simple enseñanza familiar se transformó en un sostén emocional frente a la exposición mediática. Laurita Fernández eligió construir una vida más tranquila, lejos del ruido innecesario. Aprendió a separar su identidad del relato ajeno. Y entendió que la verdadera fortaleza no está en defenderse de todo, sino en saber qué merece su energía.
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