Luisa Albinoni recordó cuando fue la chica de Boca: “Eran todos afiches míos, una locura total”
Un recuerdo brillante y afectivo: la ciudad cubierta con su imagen y el cariño de Boca como sello de época.
En diálogo con Héctor Maugeri para +CARAS, Luisa Albinoni revivió el momento en el que su imagen se volvió parte del paisaje urbano y del imaginario popular: cuando, en 1981, fue elegida como la Chica de Boca Juniors. Por entonces, su figura ya circulaba con fuerza en televisión, cine y teatro, y formaba parte del universo humorístico que compartían Gerardo Sofovich, Alberto Olmedo y Jorge Porcel, un territorio donde la sensualidad y la comicidad se enlazaban con naturalidad.
Al ver la gráfica de aquella campaña, Luisa recordó con humor que el slogan decía “Dale con Boca” y que la cámara la seguía de una forma casi improvisada. Sin embargo, más allá de lo técnico, lo importante era el efecto que producía. “Era una gráfica increíble”, recordó, consciente de que su presencia trascendió la imagen publicitaria para convertirse en símbolo de una época en la que el fútbol, la calle y la cultura popular se encontraban en una misma estética.
Luisa Albinoni
Luisa Albinoni y la ciudad empapelada con su imagen
La dimensión del fenómeno se reveló una madrugada. Luisa Albinoni venía de hacer función en el teatro y apenas había llegado a su casa cuando sonó el teléfono. Era Pepe Parada, productor y amigo, que le dijo sin rodeos que se vistiera y saliera a la calle. Ella, aún agotada, protestó, pero terminó subiendo al auto y manejando unas pocas cuadras. Fue entonces cuando lo vio: la ciudad entera estaba empapelada con su imagen.
Buenos Aires amaneció cubierta de afiches con su rostro, su sonrisa y su cuerpo iluminado por el aura de la campaña. No era una publicidad aislada: era un gesto de impacto cultural. La calle había hablado, y lo había hecho con una devoción inesperada. Para Luisa, el recuerdo tiene la calidez de un descubrimiento personal. Lejos de la vanidad, lo narra con una mezcla de asombro y cariño. Sentía que cruzaba “otro nivel”: uno donde su imagen dejaba de ser solo la de una actriz o una vedette para convertirse en parte de la identidad emocional del hincha.
Luisa Albinoni en +CARAS
Lo que significó ser la Chica de Boca para Luisa Albinoni
Lo que hizo inolvidable ese momento no fue solamente la masividad, sino el modo en que el público la abrazó. Su figura no era distante ni inaccesible: era popular y querible, alguien en quien la gente se reconocía. Por eso, Luisa Albinoni cuando recuerda aquella madrugada, no habla de fama: habla de conexión. Ser la Chica de Boca fue, para ella, pertenecer a un amor colectivo. Y por eso hoy lo dice con una sonrisa que no necesita explicación: “El amor de mis amores”.
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