Amalia de Holanda, la hija de Máxima Zorreguieta (koninklijkhuis)
REALEZA

Amalia de Holanda, más Máxima Zorreguieta que nunca: el guiño fashionista de la princesa de Orange en un acto histórico

En una jornada marcada por la solemnidad y el peso institucional, la princesa de Orange sorprendió al reutilizar el vestido que su madre, la reina Máxima, llevó en el debut de la joven como heredera al trono.

Hay gestos que hablan más que los discursos, y luego está lo que hizo la princesa Amalia este jueves: pararse al lado de su padre, el rey Guillermo, en una sesión especial del Senado y la Cámara de Representantes, conmemorando el 80º aniversario del fin de la II Guerra Mundial, envuelta en un símbolo. Porque eso fue su look: un mensaje silencioso, pero potentísimo.

Cada vez más presente en la vida institucional de Países Bajos, la heredera eligió para este acto un vestido que no solo pertenece al armario de su madre, la reina Máxima, sino también a la historia reciente de la Casa de Orange. Un wrap dress que muchos recordarán porque es el mismo que Máxima llevó cuando presentó a su hija mayor ante el Consejo de Estado, el día en que Amalia cumplió 18 años y debutó como heredera con su primer discurso público.

Un déjà vu lleno de significado

La escena de este jueves parecía un eco de aquel diciembre de 2021. Máxima había elegido entonces un diseño de Natan, ceñido con un cinturón de gran hebilla y acompañado por complementos burdeos. Y si hay algo que Amalia sabe hacer —y cada día mejor— es reinterpretar.

Por eso, para esta cita de alto perfil, volvió a dar vida a ese look icónico, sumando guiños a su madre y aportando su propio sello. Capas de lectura, capas de estilo: un homenaje, sí, pero también una declaración de identidad.

El juego de espejos: coincidencias y diferencias

Amalia replicó la paleta burdeos de su madre con precisión quirúrgica:

  • Abrigo capa (el mismo que lució en Luxemburgo, cuando su padre fue proclamado nuevo gran duque),

  • Stilettos,

  • Cartera de mano.

Hubo, sin embargo, dos diferencias clave:

  1. El cinturón: en vez de la maxi hebilla que adoró Máxima, la princesa eligió uno fino y metalizado, más fresco y más propio de su edad.

  2. El sombrero: una ausencia lógica. Amalia dejó el icónico accesorio de su madre fuera de escena y prefirió el pelo suelto, dejando ver unos pendientes dorados XXL —otro guiño clarísimo al estilo maximalista de la reina.

El vestido, de tipo wrap, se adaptó distinto a la silueta de la joven heredera, dejándolo un poco más abierto que en su madre. Atenta a los detalles, Amalia recurrrió a un pequeño truco de estilismo: unas puntadas discretas para evitar que la abertura frontal revelara más de lo buscado. Elegancia consciente.

El detalle que marcó la diferencia: su reloj Cartier

Quienes siguen la evolución estética de Amalia notaron otro gesto no menor: su Cartier Panthère mini en oro amarillo, valorado en 23.600 euros. Una pieza atemporal, delicada pero poderosa, con caja y brazalete de oro, esfera plateada y corona octogonal coronada por un cabujón de zafiro.

Esta joya llegó a su muñeca por primera vez en septiembre, y desde entonces se ha convertido en un símbolo silencioso de su transición hacia una figura adulta dentro de la monarquía. Es parte de su propia colección, pero perfectamente podría integrarse al joyero real —uno de los más valiosos de Europa.

Una Amalia en transición: estilo, rol y presencia

La imagen que dejó la princesa este jueves fue más Máxima que nunca. No solo por el vestido —que ya de por sí guarda un significado emocional y protocolar—, sino por la forma en que lo llevó. Por esa seguridad que aflora cada vez más en sus compromisos oficiales. Por esa presencia serena, adulta, que comienza a instalarse como un sello propio.

La heredera de los Países Bajos está transitando el mismo camino que muchas royals recorrieron antes que ella, pero lo hace a su ritmo, con una elegancia intuitiva que promete capítulos fascinantes en su historia de estilo.

Y si este look fue una declaración, la frase quedó clarísima: Amalia no solo honra el legado de su madre. También empieza a escribir el suyo.

EN ESTA NOTA