En su exhibición “mi camino” el artista con sus imágenes, cargadas de simbolismo, que invitan al espectador a crear sus propias narrativas. Detrás de cada composición, aparentemente simple, se destacan las poses, la iluminación y el diseño de vestuario, creando una iconografía con la sensibilidad de un escultor. Cada fotografía es una mezcla de realidad y fantasía que bordea el realismo mágico.
Las reflexiones contemplativas de su fotografía en blanco y negro han evolucionado hacia afirmaciones cromáticas inquebrantables. Morquecho sostiene un prisma de la realidad y devuelve un arcoíris para que lo atrapen.
Morquecho revela un proceso de transformación personal y artístico, similar al de un niño que descubre un mundo nuevo cada día. “Mi fotografía me permite desahogarme de una realidad imposible de cambiar”, afirma el artista. Y agrega: “El dolor es universal, pero también lo es la recuperación”.
El crítico Julio Sapollnik destaca la importancia creciente de la fotografía latinoamericana en los circuitos del arte internacional, y la presentación de Morquecho en Buenos Aires refuerza este interés. Sus imágenes sorprenden al espectador al unir lo conceptual y lo lúdico.
Morquecho comenzó su carrera en Guatemala, donde uno de sus primeros proyectos fotográficos reflejó el simbolismo de un secreto familiar. Como dijo Diane Arbus: “Una fotografía es un secreto sobre un secreto. Cuanto más te dice, menos sabes”.