Adriana Fresta es la creadora de El Arte de Mirar y quien está regresando de un viaje único y transformador que tituló "Descubriéndome." Su travesía la llevó a recorrer 33 ciudades y pueblos en Europa, visitando catedrales, espacios históricos y sagrados, y honrando el origen de sus padres en Italia. A través de este viaje del alma, Adriana experimentó un gran renacer, integrando y tomando conciencia de su verdadero ser, y regresó plena y expandida. “El Arte de Mirar es una filosofía de vida basada en las órdenes del amor, y la mirada sistémica que permite mirar con amor las lealtades familiares, cambiar creencias y unir lo que una vez estuvo separado. Honrar y re significar la historia personal, elegir el camino más fácil y ahora, hacerlo diferente. Ser parte de esta Tribu del Alma, a la que invito a integrar, es una experiencia íntima que nos abre a un mundo nuevo de posibilidades que hemos estado esperando desde siempre”, asegura Adriana, quien lleva más de 30 años de experiencia como comunicadora holística acompañando historias de vidas.
- Recién regresa de un viaje por Europa al que llamó "Descubriéndome" ¿Por qué lleva ese nombre?
Ese nombre fue canalizado unos meses antes de iniciar mi viaje, y siento que lo dice todo. Elegir descubrirme es el viaje, es conectar con quién verdaderamente somos, con la luz y la sombra de pertenecer a una familia, ese árbol enredado en sus historias que vibra dentro de cada uno de nosotros. Descubriéndome es soltar expectativas y entregarnos a las posibilidades que se presenten delante de nosotros.
- ¿A qué se refiere cuando habla del Viaje del Alma?
El Viaje del Alma implica darle vacaciones a la razón y permitir que lo Mayor nos guíe. Nos conectamos con personas maravillosas, recibimos regalos e inspiración al permitir que lo Mayor conduzca nuestras vidas. Es soltar el miedo, confiar y ese "Wowwww" del alma emerge ante lo nuevo y reconciliador.
- ¿Todos podemos descubrirnos? ¿Cómo se hace o adónde hay que ir para lograrlo?
Sí, todos podemos hacerlo. Requiere valentía, voluntad y acción. No hay recetas mágicas, porque es un camino sinuoso, de introspección personal. Es importante no abandonar, seguir adelante con paso corto y firme, mirando la propia oscuridad y luz, trascendiendo y resignificando.
- Dijo que este viaje fue su Gran Renacer ¿Por qué?
Es un Gran Renacer porque me permitió descubrirme, ir al origen, conectarme aún más con la fuente, tomar de mis raíces en Italia la tierra de mis padres. Además, la numerología de mi edad y el nombre “Descubriéndome” anunciaban este Renacer. Este viaje fue digitalizado por la Divinidad, guiado por lo Mayor, recibí innumerables regalos y comprensiones que me expanden y transforman.
- ¿Viajó con una agenda planificada o lo dejó que la Divinidad la condujera?
Originalmente tenía un propósito visitar Rosa Mística, San Benito y Padre Pío, San Miguel Arcángel el resto estuvo guiado por la Divinidad. Algunos lugares, como Lourdes, surgieron en el camino como regalos de lo Mayor, todo se manifestaba con facilidad surgía la magia y el milagro.
- ¿Qué generó en usted el hecho de regresar a la Tierra de tus padres?
Fue una experiencia mágica e inspiradora. En Bari y Sicilia, me reconecté con mis raíces familiares y recogí valiosa información sobre mis ancestros. Fue un regalo poder entrar a la casa donde vivió mi madre antes de emigrar a Argentina y también a la casa de mi padre en Sicilia. Todo esto reafirma mi labor y mi sentir en el arte de mirar con amor las historias familiares y sus lealtades invisibles.
- Se refiere a este viaje como un gran aprendizaje, ¿cuál considera que fue el aprendizaje más significativo?
El gran aprendizaje fue descubrirme, integrar y tomar conciencia de la importancia del SÍ de María y el SÍ de José en mi vida. Aprendí que el alma resignifica, y cuando encuentro mi origen y lo miro con amor, me libro de cargas y evoluciono, entonces estoy lista para seguir expandiéndome y estar al servicio de la vida.
- Luego de todo lo vivido en este viaje, ¿qué le diría a las personas que viven con miedo o quejándose constantemente?
Les diría que suelten esas creencias limitantes, las lealtades y miedos, que la vida es corta y hay mucho por descubrir para crecer. No hay tiempo para instalarse en la queja o el miedo. Es esencial mirar nuestra oscuridad, nuestra luz y nuestras trampas para expandirnos y encender corazones con nuestro fuego sanador del amor que somos. La vida es la oportunidad para descubrirnos y sembrar amorosamente en nuestro camino, dejando huellas para los que vienen detrás.
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