viernes 08 de noviembre del 2024

El ojo seco, un mal de la era moderna

La doctora Paula Magnano, oftalmóloga especialista en oculoplastia y superficie ocular, nos cuenta sobre esta afección tan común en la era de las pantallas. Galería de fotosGalería de fotos

CREDITO CARAS

El ojo seco es una afección ocular que se caracteriza por una insuficiente producción de lágrima o una mala calidad de la misma. Esto provoca síntomas que pueden ir desde sensación de arenilla y enrojecimiento hasta sensibilidad a la luz, lagrimeo o visión borrosa.

Lamentablemente, en la última década vimos un gran aumento en la cantidad de consultas por esta patología, ya que se encuentra íntimamente ligada con los hábitos modernos. El uso cada vez mayor de dispositivos electrónicos, la mala alimentación y la mala calidad de sueño característicos de nuestra época, hacen que la calidad de nuestra lágrima disminuya dejando a nuestro ojo más vulnerable.

Pero entonces ¿El ojo seco es grave?

La realidad es que la mayoría de los pacientes con ojo seco presentan formas entre leves y moderadas, mientras que las formas más graves suelen ser las asociadas a otras enfermedades sistémicas. Ahora bien, que la enfermedad sea leve, no significa que no pueda tener una gran repercusión en la calidad de vida del paciente, ya que los síntomas que genera pueden ser muy molestos.

Lo importante es que existen muchas opciones de tratamiento que permiten mejorar en gran medida los síntomas y disminuir el riesgo de formas más severas. La primera medida siempre es mejorar aquellos hábitos que pueden estar exacerbando el ojo seco, como minimizar el uso de pantallas u optimizar nuestra alimentación.

Normalmente la primera línea de tratamiento son las lágrimas artificiales, que ayudan a lubricar y humectar los ojos. Estas gotas pueden ser utilizadas de forma regular para mantenerlos lubricados y evitar la sequedad. Además de las lágrimas, se pueden recomendar otros tratamientos como tapones lagrimales, que actúan frenando el drenaje de nuestra lágrima y haciendo de esa manera que se quede más tiempo en la superficie ocular. También existen esquemas de luz pulsada intensa para estimular a las glándulas lagrimales de Meibomio o incluso colirios antiinflamatorios que tienen un efecto sinérgico con los lubricantes.

La clave para optimizar los resultados del tratamiento radica en la correcta evaluación y diagnóstico del paciente, ya que no existen dos casos iguales. Por esto es fundamental hacer una consulta oportuna con el/la especialista en oftalmología y superficie ocular.

Los síntomas de ojo seco no deben ser ignorados, ya que puede progresar y empeorar con el tiempo. No olvidemos que la hidratación y el cuidado de los ojos es esencial para mantener una buena salud visual.

Dra Paula Magnano

Médica oftalmóloga

MN 143824/MP 551284

Contacto:

IG:@dramagnano.oftalmologia   @core.oftalmo   

https://www.instagram.com/dramagnano.oftalmologia/

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