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El stock es un bien, bienes, o variable económica que se mide en un momento determinado. Por ejemplo el stock de capital, el stock de mercaderías, a un momento dado. El flujo es una variable que se mide por unidad de tiempo consecutivo, por ejemplo en ingresos o gastos mensuales.
En las últimas décadas para hacer frente a los ciclos de la economía donde predominaba un proceso de devaluación de nuestra moneda y alta circulación del dinero, lo cual es lo mismo y redunda en inflación, los ahorristas e inversores de nuestro país utilizaron el dólar como refugio de valor de su patrimonio. De esta manera generaron un ‘stock’ de ahorro en dólares, por lo general guardados de manera ociosa por fuera del sistema financiero sin generar ningún tipo de rentabilidad.
Con el aumento de todos los bienes, sobre todo tarifas, combustibles, energía en general, las familias y empresas deben hacer frente a un ‘flujo’ creciente de gastos.
Para enfrentar esta situación existen varias posibilidades a niveles constantes de ingresos. La primera es vender dólares (gastar el ‘stock’) para pagar gastos crecientes. O bien utilizar el stock a su favor. ¿Cómo sería esta segunda y más beneficiosa opción? La respuesta es transformar el stock en flujo. Es decir cambiar el stock de dólares por stock en propiedades que generan flujo de dinero. Ya sea comprando una propiedad para alquilar y así obtener una renta mensual o bien invertir en propiedades en pozo donde la rotación permite entrar y salir generando así también un flujo positivo de dinero. Cambiar stock de divisas por stock en propiedades es actualmente la mejor opción para generar un flujo de dinero positivo y mejorar las finanzas personales o de las empresas.
El contexto actual del real estate en Argentina nos muestra un mercado que comienza a tener un dinamismo que permite implementar esta estrategia de cambiar stock por flujo comprando propiedades. Remarcamos los últimos cambios en el mercado inmobiliario. Cambio en la ley de alquileres, permitiendo pactar libremente entre partes plazos y ajustes de los contratos, lo cual vuelve a convertir en una opción muy interesante comprar un inmueble para alquilar. Aparición de los créditos hipotecarios. Los bancos comienzan a prestar dinero a los particulares para compra de propiedades. Esperamos en los próximos meses conjuntamente con la baja de los tipos de interés, una mejora considerable en las condiciones de los mismos. Esto tiene un impacto fuerte en el mercado inmobiliario, ya que inyecta una cantidad de dinero que produce un círculo virtuoso en donde tanto los consumidores que acceden a una vivienda cómo los desarrolladores que incrementan sus ventas y concretan inversiones en nuevos proyectos se ven beneficiados.
El mercado del real estate en Argentina se encuentra consecuentemente en una fase inminente de expansión. Se espera un alza considerable en el precio de los inmuebles (en torno al 40%) en lo que resta del 2024 y un crecimiento aún mayor en 2025.
Comprar propiedades en este momento es una de las mejores opciones de inversión de mediano plazo con las que cuenta un inversor. Las opciones son muchas, destacando ciudades cómo Buenos Aires, donde el déficit de viviendas de alquiler temporal permite entrar a un mercado con alta demanda por turismo y por ser la ciudad donde se concentran la mayor cantidad de empresas, eventos culturales y deportivos. Lo cual provoca un aumento sostenido de esta demanda, especialmente en los barrios de Palermo y Belgrano, con el crecimiento en los últimos meses de propuestas interesantes en Devoto, Colegiales y Villa Urquiza.
Los barrios privados que se encuentran a una hora máximo de distancia de las grandes ciudades también son una excelente opción, ya que los particulares buscan casas con parque y seguridad.
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