Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan

En el mes de enero la cantante y compositora Shakira, sacó un nuevo tema, donde aparece la siguiente frase: “las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”.

Me tomé el tiempo para analizar lo que decían otras mujeres y encontré varias opiniones que oscilaban entre, la desacreditación y el enojo.

Me quiero detener   en el impacto de la misma, entendiendo que es una excelente estrategia de marketing, pero centrarme en cómo nos posiciona a todas las mujeres.

Pienso que somos muchas las que lloramos por vivir en un mundo de desigualdades, por diversos motivos, pero la diferencia de este tiempo, es que ya no callamos y decidimos levantara la voz, por una y por todas.

Que Shakira elija hablar de dinero, no me parece casual, ya que es un tema tabú, y la resistencia que genera en hombres y mujeres, amerita un análisis.

El dinero es sucio, del dinero las mujeres no hablan, ni tampoco de negocios. Los que están autorizados en el tema son los caballeros.

A las mujeres no se las educa de forma financiera… recuerdo de muy chica escuchar la frase: “vos no entendès, para que te lo voy a explicar.”

En reiteradas ocasiones observaba como se educaba sobre dinero y negocios a mi hermano varón, en contraposición, a mí se me enseñaba a limpiar, a jugar con muñecas y a cuidar mi imagen.

En nuestra realidad se observa con naturalidad, como los hombres concentran y disponen del dinero y el poder, mientras son ellas quienes acompañan.

Nadie cuestiona las asimetrías que propician estas diferencias en las relaciones y sobre todo los lugares de dependencia donde quedamos expuestas y ubicadas.

Me canso de observar reuniones familiares donde se concentran los hombres en una punta de la mesa, para hablar sobre temas importantes:  el dólar, la inflación, el país, inversiones, vacaciones, viajes, mientras las mujeres hablan de temas como: cirugías, dietas, chismes de la farándula, maternidad y cocina.

Clara Coria (Psicóloga Argentina), visibiliza algunas de las técnicas de subordinación de las mujeres, en cuanto a lo económico.

• Metodología del goteo: dar el dinero que sea estrictamente indispensable para los gastos cotidianos, evitando todo anticipo que sugiera un grado de libertad. El hecho de tener que pedir algo que corresponde deja a uno de los dos en desventajas de acción. Mujeres y niños, quedan e disposición de dependientes.
• Esconder dinero: Cada mujer lo hace a su estilo, lo ponen en otro lugar, son vueltos o dinero extra que ingresa y que necesitan sentirlo propio.

Ellas tienen que pedir permiso. Este dinero que de a poco juntan, les genera un grado de libertad.

En el consultorio advierto que el tema del dinero suele ser un problema en muchas parejas, como también en aquellas mujeres que se animan a terminar vínculos violentos, ya que el mismo invariablemente se concentra en manos de los varones.

¿El amor nos empobrece?

 Las mujeres estamos educadas para dar sin esperar retribuciones, trabajar sin cobrar o cobrando sueldos muy bajos por nuestros servicios.

El saldo es el mismo, empobrecidas y dependientes, dejándonos en posición de niñas, ya siendo adultas.

Si entendemos que el tiempo es dinero. Es fácil darnos cuenta que una vez que una mujer se convierte en madre, deja de producir, su trabajo se vuelve parcial o muchas veces debe abandonarlo, todo lo que hace en su casa es un trabajo diario invisible, no remunerado, ni reconocido.

Ellos no cuentan con la misma suerte, su desempeño laboral, no se interrumpe con la paternidad, siguen desarrollándose y mejorando sus puestos.

Me encanta que las mujeres dejen de callar, que alcen su voz, que dejen de esconder su sentir que, si lloran, sequen sus lágrimas y sigan adelante.

No somos el género débil, simplemente fuimos interrumpidas y silenciadas, por décadas.

Celebro que las mujeres hablemos más de dinero, que nos eduquemos financieramente,  y que asumamos riesgos.

 

Referencias bibliográficas:

El sexo oculto del dinero. Clara Coria

El dinero en la pareja. Clara Coria

Decididas.  M.Florencia  Freijo

 

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