A la hora de remodelar muchas veces se cree no haber meditado lo suficiente la decisión: “Hace 5 años que vivo a disgusto, puedo esperar un poco más”.
Esto deriva en un constante proceso de evaluación: ¿Me estaré perdiendo otras opciones? ¿Será el mejor momento? ¿Estoy en buenas manos? El tiempo es finito y cada año que pasa es uno menos para disfrutar de un hábitat superador.
5 miedos comunes
- “Los contratistas dicen un número para tomar el trabajo y una vez que rompen todo empiezan con los adicionales.”
Esto es así cuando no hay contrato firmado ni presupuesto detallado para regular el vínculo; por eso nosotros explicitamos todo y firmamos un contrato con precio fijo.
2. “Los contratistas dicen un plazo para tomar el trabajo pero toman demasiadas y nos tienen de rehén por tiempo indefinido.”
Esto es así cuando no hay contrato con monto fijo a dividir por “X” cantidad de tiempo. Cuanto más tiempo pasa, menos gana el constructor: ese es el mayor seguro de tener precio y plazo fijo.
3.“Los contratistas abandonan la obra intempestivamente cuando están llegando al final y ya no les rinde volver por los detalles.”
Claramente, al no haber obligación por contrato o por ética profesional, lo que manda es la oportunidad y la especulación de lo ya cobrado.
4.“Cada gremio hace su trabajo y va rompiendo el de los demás sin hacerse cargo.”
Lo mejor es que un profesional coordine a todos, amparado por una empresa que “cose” todas las fallas y se hace responsable por lo que el cliente no debería pagar.
5. “El contratista se aprovecha de nuestra ignorancia y pone los peores materiales y los cobra por buenos.”
Esto es así cuando no hay garantía escrita y respaldada por una empresa: solo por haber garantía, ya hay un indicio de que la calidad debe ser garantizable.
Arq. Federico De Rosso
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