¡Cómo alcanzar estabilidad emocional, y sostenerla!
-Hacer pausas: Mientras estás en actividad, hacé una pausa cada tanto para registrar tu cuerpo, tus emociones y lo que necesitás. Tomá un té, un mate, mirá el cielo, mirá por la ventana y distraete, estira tu cuerpo y aflojalo, respira profundo, libera las tensiones que se acumularon hasta ahí, después seguí.
-Cada día, pasá un momento a solas con vos mismo: Reservate un pequeño momento (pueden ser diez minutos), en el que te separes y tomes distancia de los demás, y tengas un rato de intimidad estando consciente. Si podés, callá la mente y sólo tratá de escuchar cómo te sentís. Hacelo cotidianamente para tener conexión con vos y volver a tu centro por más que tu vida sea un torbellino.
-Rutina de ejercicio físico: Por más simple y corta que sea, destiná un rato cada día a querer tu cuerpo y realizar algún ejercicio. Hacelo por vos y para vos. No hace falta que te impongas grandes hazañas, lo que importa es el gesto de cuidado y consideración hacia vos mismo. Y siempre se puede ir de menos a más.
-Tené presente la creatividad en tu vida: El diseño de tu vida está en tus manos. Sé consciente de tus elecciones, así como de tu poder creativo. Atrevete a imaginar otra realidad para vos y confiá en que puede ser posible a partir de proponerte un plan de acción concreto, diseñado por vos. Tranquilo, todo puede cambiar. Lo que estás viviendo no tiene que ser definitivo.
Como seres humanos, somos una creación perfecta del universo, y esa misma energía que nos creó está disponible en nosotros mismos, ¿por qué no usarla para crear algo que nos haga bien? Es necesario primero crear espacio. ¿Cuánto espacio hay en nuestra vida hoy para detenernos y crear las condiciones de una vida mejor? Somos responsables de nuestra creación.
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