La Vitamina G es lo que se conoce como “Grounding” o conexión con la tierra. La conexión a tierra podría ser el antídoto antiinflamatorio para el hombre moderno. Es uno de los secretos mejor guardados en lo que respecta a nuestra salud y vitalidad y solo una pequeña parte de la comunidad científica comprende realmente el concepto.
La conexión a tierra o grounding consiste en tener contacto directo con la carga eléctrica natural de la tierra (electrones). Este antiinflamatorio natural es la terapia no farmacéutica de elección. Es gratuita, fácil de implementar y mejora la calidad de vida.
El grounding ha sido practicado por nuestros ancestros como una forma natural de curación. Sin embargo, en nuestra sociedad moderna, a menudo se percibe como una actividad no científica. Es por eso que existe mucho escepticismo en torno a las técnicas de conexión a la Tierra.
La realidad es que hay numerosos trabajos de investigación que demuestran los múltiples beneficios de esta práctica sencilla y gratuita de nutrición electrónica. Este fenómeno energético incluye las resonancias Schumann, una “vibración” electromagnética (7,83 Hz, frecuencia fundamental) en la atmósfera, así como un zumbido de la superficie energética de la tierra. Las resonancias Schumann no son uniformes, sino que varían de un momento a otro en un ritmo que afecta el movimiento de los electrones en la superficie de la tierra. Por lo tanto, el suelo de la tierra es electrónicamente activo y dinámico. Este circuito tiene tres generadores principales: el viento solar que entra en la magnetosfera; el viento ionosférico y las tormentas eléctricas que se producen predominantemente en el ecuador, así como en el resto del planeta, con rayos que caen miles de veces por minuto. Esto crea una corriente constante de miles de amperios que transfieren carga positiva a la atmósfera superior (ionosfera) y carga negativa a la superficie de la Tierra [7]. Por lo tanto, la superficie terrestre está inundada de enormes cantidades de electrones libres. Estos electrones terrestres, cuando se conducen al cuerpo humano, dan lugar a cambios favorables y fisiológicos.
Ciertas investigaciones han demostrado una atenuación de la respuesta inflamatoria, una disminución de la agregación de glóbulos rojos, una mejor variabilidad de la frecuencia cardíaca y un impacto favorable en la viscosidad sanguínea.
El aumento de la viscosidad sanguínea en la población general puede ser quizás el factor de riesgo más reciente en eventos cardiovasculares debido a su impacto negativo en la presión arterial, trombogénesis, isquemia y aterogénesis. Cualquier intervención que reduzca la viscosidad sanguínea y la agregación de glóbulos rojos es especialmente importante para reducir las complicaciones en la pandemia crónica del siglo XXI, como son las enfermedades crónicas no transmisibles: enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, diabetes tipo 2, enfermedades renales crónicas y el cáncer, que siguen afectando a la población mundial con 41 millones de muertes al año.
Otras investigaciones realizadas en la última década demuestran que los estudios de conexión a tierra han documentado resultados que incluyen reducción de la inflamación y el dolor, mejor sueño, mejor respuesta a traumatismos y lesiones con una cicatrización acelerada de las heridas.
La conexión a tierra contribuye a un efecto desestresante y equilibrante en el sistema nervioso autónomo con una mejora en la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
La frecuencia cardíaca fluctúa con las emociones, la actividad física, los medicamentos, los alimentos e incluso con la contaminación electromecánica.
Así, el grounding puede traer muchos efectos beneficiosos a la salud y debería ser considerado como una herramienta terapéutica adyuvante para los problemas de salud.
Además, la conexión a tierra tiene una influencia normalizadora sobre el cortisol, un efecto calmante sobre la actividad eléctrica del cerebro y una normalización de la tensión muscular.
Practicar grounding frecuentemente, comer saludable, hacer détox, descansar, hacer ejercicio en forma regular, relajar la mente, estar en contacto con la naturaleza, serán la receta para poder mantener procesos adaptativos segundo a segundo y así, mantenernos saludables con el paso del tiempo: longevidad saludable.
Dra. Idelma Serpa - Medicina Funcional. Medicina Reproductiva Funcional-
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