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¿Cómo decidió ejercer su profesión de manera independiente?
Yo soy psicopedagoga, pero siempre ejercí mi profesión de manicura, que era lo que más me gustaba hacer. Luego de años de profesión llegué a Argentina por el amor de mi vida, que vivía acá, Denis Korol. Desde un principio tuvimos la mentalidad de trabajar de forma independiente y apostando desde cero con mucho sacrificio. El emprendimiento salió bien, gracias a mucho trabajo. Crecimos exponencialmente.
En su profesión, ¿qué diferencial aporta una mujer?
El trabajo y una mentalidad positiva hacen que tu talento te lleve a buen puerto. Siento que como mujer soy detallista, paciente y organizada. En esta profesión, eso es un valor muy significativo.
¿Cuál fue el fracaso del que más aprendió?
En nuestro equipo de trabajo no nos gusta hablar de fracasos. Tratamos de darle a esa palabra otra entidad y transformarla en retos. Los obstáculos que nos pone la vida son de alguna manera lo que nos hacen crecer.
¿Cuál fue su mayor caso de éxito?
Para mi trabajar de lo que amo ya es un éxito, pero más allá de eso, hace dos años pude montar mi academia en Pilar, con un sistema educativo con el que damos posibilidades a chicas que quieren ser profesionales de salón. Damos una formación amplia y de calidad.
¿Cuánto pesa la comunicación en su profesión?
Con mi equipo de marketing somos bastante cuidadosos de la imagen que damos. Comunicamos los trabajos que realizamos de forma diferencial transmitiendo siempre una mirada positiva y amistosa. No nos gusta que lo profesional opaque la amistad que se genera en cada encuentro con las personas que hacen mi mundo.
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