“La autonomía alimentaria es el derecho que tiene y convoca a cada comunidad a controlar de manera autónoma su propio proceso alimentario, según sus tradiciones, conocimientos, necesidades y perspectivas estratégicas, en armonía con los demás grupos humanos, el medio ambiente y las generaciones venideras.”
La cita, tomada del libro Alimentación de Poblaciones Originarias, no es solo una referencia para quienes fundaron Lumbre: es el corazón del proyecto. Desde allí se articulan sus decisiones cotidianas, la propuesta gastronómica y la filosofía de trabajo. En Lumbre entienden que cocinar y comer no son actos aislados ni superficiales. Por el contrario, son prácticas profundamente culturales, cargadas de historia, supervivencia, territorio y responsabilidad.
“Lumbre Patagonia Argentina”, como ellos mismos se definen, es un medio para un fin. Un espacio donde se sirve comida, sí, pero también se habilita el diálogo con la tierra, con las temporalidades del cultivo, con los oficios que sostienen la cadena alimentaria y con la memoria de los pueblos originarios. Se trata de un entramado en el que todo está conectado, donde cada acción —incluso la más simple, como preparar un bocado— genera consecuencias y deja huella.
A diferencia de los modelos de restauración más tradicionales, en Lumbre no se piensan primero los platos y luego se buscan los ingredientes, tampoco se apunta a crecer por crecer ni maximizar la rentabilidad como fin en sí mismo. El foco está puesto en sostener prácticas que sean coherentes con una visión ecológica, circular y colaborativa, respetando los 9 límites planetarios. Cada menú se elabora a partir de productos estacionales, cultivados en cercanía, bajo condiciones sostenibles, y pensados para regenerar, no agotar y prescindir de grandes gastos energéticos en almacenamiento, transporte, empaquetado y distribución.
El fuego, en este contexto, no es solo una herramienta de cocina: es símbolo de encuentro. Por eso se nombran “la Lumbre”: ese fuego encendido con intención, que convoca a las personas a reunirse, a compartir y a mantenerse unidas. Comer juntos, como acto simple y ancestral, es también una forma de resistencia frente al aislamiento, la fragmentación y la lógica extractivista que atraviesa muchos aspectos de la vida moderna.
La sostenibilidad, entonces, se aborda no como tendencia, sino como forma de vida. Desde el manejo responsable de residuos hasta el cuidado del agua, la elección de herramientas, envases y procesos, todo en Lumbre se piensa bajo una lógica de bajo impacto, aprendizaje constante y adaptación a los ciclos naturales. También están desarrollando una granja propia, donde podrán seguir profundizando esta mirada integral del alimento.
“Los sabores de nuestra cocina son un fiel reflejo de cómo la materia prima que utilizamos, las hortalizas, las hierbas y los animales que las comen, forman parte de una cadena trófica asociada a un territorio particular; cada uno de esos eslabones está perfectamente adaptado al ecosistema que habitamos, ecosistema de por sí frágil. Encontramos que mientras más localizado en una ecorregión sea el circuito de producción de esa materia prima, más concordancia tienen los sabores: porque crecen todos juntos, gracias a una biosfera que los sostiene, a su clima, a su latitud y a la composición y caracterización del suelo. Por esto, gran parte de nuestro quehacer es investigar y divulgar el conocimiento que adquirimos”, expresan. Esa dimensión pedagógica, aunque silenciosa, está presente en cada experiencia que proponen. Comer en Lumbre no es solo una experiencia sensorial, es también una invitación a cuestionarnos, a escuchar, a recordar formas de vida que supieron adaptarse al entorno sin destruirlo.
Con la Patagonia como escenario, pero con una visión que puede aplicarse a cualquier lugar del mundo, Lumbre propone una gastronomía que no se trata solo de qué comemos, sino de cómo lo hacemos, con quiénes, y para qué: propone una localización de menor escala como contraparte a una globalización masiva.
Instagram: @lumbrepatagonia
Celular: 011-2277-7281
Ubicación: Av. Bustillo 20068, San Carlos de Bariloche



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