En una conversación profunda y sin filtros con Héctor Maugeri en +Caras (Caras TV), Inés Estévez compartió uno de los capítulos más duros de su vida: una experiencia de mala praxis médica ocurrida durante la pandemia, que la obligó a atravesar varias cirugías y un largo proceso de recuperación física y emocional.
El horror que vivió Inés Estévez por mala praxis
Todo comenzó con una lesión ginecológica, en apariencia benigna, detectada tras haber transitado el COVID-19 antes de la existencia de vacunas. “Tuve una lesión maligna ginecológica, inespecífica, no se sabe qué fue. Era benigna, pero después del COVID algo pasó con la inmunidad de mi organismo y mutó”, explicó. Aunque la lesión era mínima, el procedimiento médico al que fue sometida cambió su vida por completo.

“Fue en plena pandemia, estábamos todos shockeados, y no pude hacer los pasos lógicos de una interconsulta. Me entregué a manos de un cirujano que me hizo una operación que no era necesaria. Finalmente, en esa operación hubo mala praxis y eso generó que tenga que hacerme un implante. Tuve que ir cuatro veces al quirófano”, relató con crudeza.
La intervención incluyó una histerectomía, que según su testimonio, no era requerida. “Fue una mutilación innecesaria. Te mandan a sacarte el útero como si fuera una boludez, y es una mutilación. No es joda, más cuando descubrís que no era necesario”.
La actriz recordó el impacto de aquel momento: “Fue horrible. No me podía parar de la cama, atender a mis hijas, trabajar... y todo esto en plena pandemia. Nunca tuve problemas de salud, soy una persona sanísima. Era como: ‘¿Qué es esto?’”.

Ese proceso traumático la llevó a tomar decisiones radicales para estar más conectada con lo esencial. Hizo una pausa en su carrera de actriz y también se mudó. Ahora vive en Escobar, rodeada de verde y con sus hijas Cielo y Vida, quienes tienen parálisis cerebral y retraso madurativo, respectivamente. “Hice un cambio de vida. Me fui a vivir a provincia, vendí mi casa y me compré una casa con mucha naturaleza. Bajé muchos cambios en relación al trabajo. Necesitaba recuperarme”, compartió.
Actualmente protagoniza y dirige la obra El hombre inesperado junto a Germán Palacios en el Teatro Maipo. También mantiene viva su pasión por la música, especialmente el jazz y el blues. El testimonio de Inés Estévez no solo revela el dolor de una mala praxis, sino también su capacidad de resiliencia, su compromiso con la vida familiar y su búsqueda constante por un equilibrio entre el arte y la salud emocional.

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