Rodolfo Ranni, leyenda viva del espectáculo argentino, sigue demostrando que la pasión no tiene límites y que no entiende de edades. Nacido en Trieste, Italia, y emigrado a la Argentina a los 10 años, el actor construyó una carrera de casi siete décadas que abarca cine, televisión y teatro. Hoy, a sus 87 años, lejos de pensar en el retiro, asegura que el trabajo es su motor para seguir adelante. Así lo confesó en una emotiva y reveladora entrevista con Héctor Maugeri en +Caras (Caras TV).
A pesar de su vasta experiencia, el “Tano” admitió que aún hoy los nervios y la vergüenza lo acompañan en cada estreno. “Yo soy muy vergonzoso. Cuando era chico, recién llegado a la Argentina, un tío me hacía cantar Canzoneta los domingos y me regalaba una moneda de plata 900. Pero yo me moría tanto de vergüenza que cantaba detrás de la puerta”, recordó con ternura.

También comentó que es un tema que siempre lo habla con Graciela Pal, co-protagonista de la obra "La noche de la basura" que recientemente presentaron en el Teatro Metropolitan. Con humor y sinceridad, contó: “Cuando me preguntan si me pongo nervioso después de tantos años, digo que me pongo más nervioso que nunca. Mi sueño sería que estrene otro y yo sigo al otro día, de la vergüenza de salir al escenario”.
Rodolfo Ranni, su filosofía de vida y su vínculo con el trabajo
Durante la conversación, Maugeri trajo a colación una frase que define su filosofía de vida: “Para mí es mejor lo que viene, no lo que fue. Creo que mañana puede ser mejor, siempre. Uno tiene que tratar de estar cuatro pasos más adelante, no atrás. La vida es movimiento”. Luego de escuchar atentamente, no dudó de sus palabras, las reafirmó: “Eso es lo que pienso realmente”.
Acto seguido, entre anécdotas y reflexiones, Ranni explicó su teoría: “El futuro no existe, lo que existe es el pasado. Entonces, cuando me dicen ‘a su edad todavía sigue trabajando’, contesto: ‘Sí, porque le prometí a mi hija que voy a vivir hasta los 105 años’. Una promesa a un hijo se debe cumplir. Por lo tanto, tengo muchos pasados por vivir”. Y cerró con una frase que define su espíritu: “Sempre avanti”.

El prestigioso intérprete no reniega de su edad y asegura que, la actuación, especialmente el teatro, que es su gran amor, cumple un rol fundamental en su vida: “El teatro me hace sentir más joven”. Incluso, bromea: “Le prometí a mi hija vivir hasta los 105 así que me tendrán un tiempo largo todavía”.
Lejos de la nostalgia y de la tentación de descansar, Ranni reafirma sus ideas. Es por eso que sostiene que la vida es movimiento y que su motor es el trabajo. “El teatro me mantiene vivo”, afirma el actor de vitalidad y carrera admirable.
Por último, cuando Maugeri le consultó si para él la actuación tiene una función terapéutica, Rodolfo Ranni explicó que “puedo estar con 41 grados entre cajas y me tomas la fiebre en el escenario y no tengo fiebre. El personaje no tiene fiebre. Cuando salgo, vuelvo a tener fiebre, porque el que sale es Ranni y no el personaje. Es la magia del teatro”.